¿a Cuenca?, ¿a la mierda?, ¿a la luna?, ¿al infinito y mas allá?

Desmontando mitos

octubre 22nd, 2017 Nerea

Después de tantos años buceando con peces tropicales y la canción «Bajo del mar» (a Howard Ashman, lo que es de Howard Ashman), casi habíamos olvidado esta melodía…

¿Cuántos de nosotros hemos sentido el vello de la nuca erizarse al mirar al gran azul mientras en nuestra cabeza se oía esa melodía tan reconocible del genio John Williams?

Hay quien ha podido comprobar que no es tan fiero el león como lo pintan, y gracias a un canadiense loco, descubrimos que en nuestra antigua región de Chiba había un lugar donde los tiburones y las rayas vienen a merodear en busca de comida gratis, a condición de soportar la presencia de humanos disfrazados de foca.
No podíamos dejar pasar la ocasión y no nos arrepentimos en absoluto, de hecho Nicolas (de Tokyo European Divers) se portó como un crac.

Cuando llegas a Bommie (dos horas en coche desde Shinjuku) te subes en barco (previo breifing de tu instructor, Nicolas) junto con otros grupos (no más de cinco o seis personas por grupo) y ni a diez minutos de la costa, bajas por una cuerda (la corriente puede ser fuerte) hasta 20 metros. Sí, todo muy organizado, como todo aquí.

Cuando llegas al fondo, te pegas lo más posible a la arena para mantenerte quieto y poder disfrutar del espectáculo. Y entonces, cuando ajustas las gafas y confirmas que el equipo está perfecto, empiezas a flipar.

Las imágenes hablan por sí solas. Un torbellino de aletas grises y pieles no tan rasposas como creíamos, se entrelazan en un frenesí… Es la hora de comer. Pero que no cunda el pánico, nosotros estamos allí solo como observadores. La comida la ponen los del barco, en unas cestas amarradas a las cuerdas, que los animalicos solo tienen que golpear para que el papeo salga como una especie de piñata interminable.

Además, no solo hay «banded hound sharks» de dos metros los más grandes y «red sting rays» con su aguijón y todo. En la segunda inmersión, tienes tiempo de curiosear a una visibilidad envidiable y una temperatura de 24 grados. Entonces ves de todo: gropers, peces escorpión, morenas amarillas, minúsculos nudibranquios e incluso alguna langosta escondida entre las rocas.

Nada como un buen plato de sashimi o un pescadito en salsa en el restaurante justo frente a Bommie para completar una expedición exitosa.

 

PASEN Y VEAN