¿a Cuenca?, ¿a la mierda?, ¿a la luna?, ¿al infinito y mas allá?

De izakaya con Kikuchi-san y Sato-san

octubre 7th, 2008 Nerea

Anoche casi no lo contamos, casi perdemos el ultimo metro y todo por culpa de la sociabilidad y del sake, el gin, la birra, los izakaya (baretos japos que no cierran por lo que se ve…) y por culpa de Kikuchi san, nuestro profe de pago… se llama Kikuchi, cuesta hablarle sin pensar el los Marlol… mu fuerte.

Como nos habia dao la dolorosa del mes de septiembre se sentia obligado a compensarnos, asi que la profe, Sato-san le dejó caer que nos íbamos de cena (pa ver si venía y pagaba, la tía tiene un geto que se lo pisa, eso de ser jefe en japon es una ruina de verdad). Asi que no se cortó un pelo y nos hizo una degustacion de las cosas mas inverosimiles: anchoa caramelizada con semillitas de sesamo y mayonesa… pues esta weno joé! O esoo ya iba to torcía con el gin-soda-lima. Por cierto, yo no bebo esas cosas, pero hubo una confusion y le trajeron a Kikuchi el gin con soda y él que es muy hombre dijo que se lo bebiera la Sato-san que era kien la habia cagao con el pedido… asi que acabe bebiendome eso q sabia a mister proper baño olor a pino. Eso, y un vaso desbordante de sake (video disponible mañana) y un licor de frutas q tampoko estaba malo. Algo me decia que no pagariamos, asi que me lancé.

La noche fue muy divertida, Guille y yo contábamos cosas sobre Lorca, EL Puerto, Francia y Filipinas, Kikuchi intentaba recoger informacion sobre los mejores alkoles de beber españoles, franceses (la bebida filipinano parecia interesarle demasiado)… Mama, apunta una botellita de vino dulce pal Kikuchi-san. La comida seguía saliendo de la cocina en procesión y como los guardia civiles, de dos en dos. No olvidemos los cartilagos de esternón de pollo que Guille devoró ante mi cara de espanto. Y las bolitas de arroz frito que compartimos de postre… Cuando vimos las RICE CAKES (tartas de arroz) y vimos q eran como croketas de paella se lo contamos, y no terminaban de creerselo… habra que hacerles una degustacion casera.
Y cuando llego la hora de pagar, eran las once y cuarto!!! Horror!!!
Cual cenicienta detras de la calabaza, nos despedimos a hipervelocidad y pillamos de milagro el metro. Esperando en la via y un poko pedo estuvimos sacando fotos (tb disponibles mañana) cuando oimos… Pa casa? Cara de piedra pomez total, era un japo de nuestra edad, traje de chaqueta y sonrisa encantadora que resulto ser colega del portero japo que tenía el numancia hace unos años. Los que sepan de futbol lo sabrán. Y nos liamos a falar portugues español nipón hasta que nos dió su tarjeta y se despidió unas paradas antes de la nuestra.

Llegar a casa y a dormir, que esta mañana … a las diez y media me he kitado el antifaz!!!! hahahahhaa

Fin de semana en Asakusa

octubre 7th, 2008 lorco

La verdad es que el fin de semana nos ha dejado muchas imágenes, mil cosas que contar, pero lo haremos poco a poco.
Empecemos por lo mas importante, nuestro paseo con Fernando y Jose Juan, su jefe, ellos ya habían visitado la zona de Asakusa y su enorme templo lleno de gente. Con lo cual nos lo saltamos, que le den a la cultura de masas, nosotros nos fuimos a pasearnos.
Nada mejor que un paseo tranquilo para sorprenderte a la vuelta de una esquina. Nunca sabes que te encontraras en la siguiente calle.

Y nosotros encontramos un bar (en el cartel pone, Asakusa, Caracol (dendenmushi (でんでん虫))).

Pero no uno cualquiera, uno que nos permitió cumplir un ritual que pensábamos olvidado, cerveza y tapa. A casi las una de la tarde, un horario perfecto para un momento inolvidable.
El local era lo que cualquiera que haya pasado mas de tres días en Francia llamaría un PMU. Un bar de tapeo y birra donde se reúne la gente de la zona mientras ven las carreras de caballos y esperan que la fortuna les sonría. A este le habían añadido la nada despreciable habilidad de hacer pinchitos y claro… Nosotros comimos.

Otra de las características del esos lugares es que no suele haber ninguna mujer, tan solo detrás de la barra y así fue en este también, Nerea era la única clienta. Cosa que no nos impidió dejarla que fuera ella la que se peleara en Japones para pedir las cervezas y los pinchitos (Yakitori) y evidentemente lo conseguimos.

El bar nos deparaba una ultima sorpresa, al irnos varios de los clientes nos gritaron ¡Adiós!

En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Concierto del sábado y Pacman
Hace unos 730 días, relatábamos Primera salida al mundo UNDERGROUND filipino