enero 23rd, 2022 lorco
Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana donde los turistas aún podían entrar en Japón…
Toma I Octubre 2019 : Triples parejas
La última visita que recibimos antes de que las fronteras se cerraran fue la de unos sospechosos habituales… Lo habéis adivinado «The Mammas and the Papas Tour 2019».
No es que Tokio sea fácil de agotar, al contrario, siempre hay algo nuevo que ver. No hacía mucho que habíamos vuelto de nuestro periplo por el mundo, y mucha gente nos había hablado de una exposición interactiva que se salía de lo normal : https://borderless.teamlab.art
La experiencia fue divertida, asombrosa, llena de risas y se nos hizo muy corta. De hecho fuimos a última hora por cuestiones de trabajo y no nos dio tiempo de hacerlo todo. Pero nos encantaría volver con más tiempo ( y la misma compañía ).
Toma II Enero 2020 : Menage a trois
Todavía la pandemia era un rumor lejano. Yuriko te dice que viene de Tailandia a pasar una semana a Tokio con su jefe y su familia, ¡buscas el tiempo y algo divertido que hacer! Y lo encuentras : https://planets.teamlab.art/tokyo/
El día era frío, llovía fuera y se nos hizo raro quitarnos los zapatos, ponernos pantalón corto y atravesar el canal artificial que conducía a la primera sala de la exposición. Para cuando llegamos a la última sala (una nebulosa proyecciones sobre agua que te llegaba a las rodillas) ya nos habíamos aclimatado. Una vez más nos pareció corto. Gracias Yuriko por tu visita, las risas y la experiencia. Estamos deseando que vuelvas.
Toma III Noviembre 2021 : Dos eras Dos
Hasta el moño de la pandemia, de pasar el tiempo en casa o reducir las actividades al aire libre o el salón de algún colega. ¿Qué hay por ahí? ¡Coño! Otra exposición de teamLab y está a punto de terminar. En este caso se trata de una experiencia de las que le gustan a Lorco (no, no implica la consumición de cerveza en cantidades industriales)… ¿Alguna idea?
No sufráis, querid@s lectores, aquí tenéis la respuesta: https://reconnect.teamlab.art/en
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octubre 22nd, 2017 Nerea
Después de tantos años buceando con peces tropicales y la canción «Bajo del mar» (a Howard Ashman, lo que es de Howard Ashman), casi habíamos olvidado esta melodía…
¿Cuántos de nosotros hemos sentido el vello de la nuca erizarse al mirar al gran azul mientras en nuestra cabeza se oía esa melodía tan reconocible del genio John Williams?
Hay quien ha podido comprobar que no es tan fiero el león como lo pintan, y gracias a un canadiense loco, descubrimos que en nuestra antigua región de Chiba había un lugar donde los tiburones y las rayas vienen a merodear en busca de comida gratis, a condición de soportar la presencia de humanos disfrazados de foca.
No podíamos dejar pasar la ocasión y no nos arrepentimos en absoluto, de hecho Nicolas (de Tokyo European Divers) se portó como un crac.
Cuando llegas a Bommie (dos horas en coche desde Shinjuku) te subes en barco (previo breifing de tu instructor, Nicolas) junto con otros grupos (no más de cinco o seis personas por grupo) y ni a diez minutos de la costa, bajas por una cuerda (la corriente puede ser fuerte) hasta 20 metros. Sí, todo muy organizado, como todo aquí.
Cuando llegas al fondo, te pegas lo más posible a la arena para mantenerte quieto y poder disfrutar del espectáculo. Y entonces, cuando ajustas las gafas y confirmas que el equipo está perfecto, empiezas a flipar.
Las imágenes hablan por sí solas. Un torbellino de aletas grises y pieles no tan rasposas como creíamos, se entrelazan en un frenesí… Es la hora de comer. Pero que no cunda el pánico, nosotros estamos allí solo como observadores. La comida la ponen los del barco, en unas cestas amarradas a las cuerdas, que los animalicos solo tienen que golpear para que el papeo salga como una especie de piñata interminable.
Además, no solo hay «banded hound sharks» de dos metros los más grandes y «red sting rays» con su aguijón y todo. En la segunda inmersión, tienes tiempo de curiosear a una visibilidad envidiable y una temperatura de 24 grados. Entonces ves de todo: gropers, peces escorpión, morenas amarillas, minúsculos nudibranquios e incluso alguna langosta escondida entre las rocas.
Nada como un buen plato de sashimi o un pescadito en salsa en el restaurante justo frente a Bommie para completar una expedición exitosa.
PASEN Y VEAN
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junio 16th, 2017 Nerea
Ese «caloret» que nos recuerda que la vida más allá del sofá no es solo posible, sino preferible, ya ha llegado. Y en esta época es en la que recordamos que razones poderosas nos hicieron elegir este barrio, este piso, esta terraza.
Tardes de mojitos y risas, noches sin fin arreglando el mundo y olvidando a que hora es el último tren.
Lo que El Barrio nos tenía reservado no lo podíamos esperar: una cervecería casera… barata… y con terraza!!!! ¡Bienvenidos a Kobo!
Cualquier visita que se precie ha pasado por aquí, todos los clientes habituales conocen el lugar… y es que no hay nada como tener un bar debajo de casa en el que siempre te reciben con una sonrisa en los labios y una birra fría en la barra.
Kobo Beer Takadanobaba
Detalles en ingles, para todos aquellos que se pierdan con los pulpitos.
Y no se vayan todavía, aun hay más. Si no te vale con tomarte las birras en el bar puedes llevarte para casa. Venden toneletes de dos litros y una botella metálica de un litro. Nosotros no pudimos resistirnos y tenemos en casa un TONELÓN de dos litros con su gran mensaje. 麦酒 -> trigo-alcohol ahí lo llevas…
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junio 1st, 2017 Nerea
En Zushi, buena compañía, buena música y un solazo. Alguno se quemó, otros se bebieron el mar y todos disfrutamos de este rincón pasado Kamakura a apenas una hora y media de Tokio.
¿Como llegar?
Desde Shinagawa directo con la Yokosuka, ni mil yenes!!!
Una vez allí, podéis quedaros en Zushi (hay algún bar frente al mar como el Bare Foot café. O podéis mirar el programa de Cinema Amigo. En Zushi hay de sobra sitios para cenar si no tenéis prisa por volver a casa.
Y si queréis algo más tranquilo, os recomendamos la playa de Isshiki Kaigan, cogiendo un bus que tarda como quince minutos.
A cinco minutos de la parada hay un súper donde podéis pillar de todo para comer y beber.
Eso sí, cuidado con los halcones… esos cabrones tienen un olfato casi igual de bueno que la vista y en un plis os pueden dejar sin bocata.Estáis avisados.
El paseo desde Isshiki a Zushi es largo pero muy agradable, pasando de playa en playa salvo en un par de trayectos en los que hay que ir por la calle.
Eso sí, entre julio y agosto, se peta bastante. Mejor a partir de ahora o luego en septiembre.
Lo que no dice Nerea es que luego hay que volver a Tokyo, otra vez esa horita de TREN que se puede hacer larga, laaaaarga. Pero bien es sabido que sarna con gusto…
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mayo 29th, 2017 lorco
Todo comenzó con un exceso de trabajo, un par de malas semanas, luego un poco de dejadez, un exceso de CARALIBRO y poco a poco esto se dejo apartado. Seguimos escribiendo, pero no publicando por aquí.
Alguien dijo, y no sin razón, que el anunciar «hace mucho que no lo hago, ahora no lo dejaré» era el primer signo de la muerte de un blog. Nosotros decidimos dejarlo durante un año completo y ver que pasaba.
Pues paso que las visitas se estabilizaron, unas 40/80 al día, que durante un par de meses tuvimos 150 visitas diarias desde china (ni idea de como ni porque) que un mes Canadá nos visito como nunca lo había hecho
Durante un año podéis imaginar que por aquí no hemos parado, seguimos haciendo cosas, hasta fotos y todo.
Y ahora que las intenciones están declaradas, sigamos con la sana costumbre de escribir un par de veces al mes/semana?
Después de tantas cartas reclamando noticias, comentarios de ánimo, mensajes exigiendo el retorno de Nerelorco, palomas mensajeras con peticiones para nuevos posts… ¿ah? ¿qué no los ha habido? ¿Qué llevamos un año pasando de la plebe y todos tan panchos? Entonces… ¿por qué volvemos? (con lo a gustico que esta uno subiendo fotos al instagram y manteniendo las comunicaciones familiares por wassap)… Ahora otra vez a retocar fotos en tiempo real, a hacer el chorra en las redes sociales y pretender que sabemos más de Japón que hace un año… Uy, qué perezón… Yo no prometo nada.
Por cierto, esta es la entrada NUMERO 1000
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mayo 26th, 2016 lorco
No sabemos si sera el sol, el ritmo de vida, la fruta, el ron, las playas o los monos… Ni idea, pero en todos los lugares tropicales que hemos estado las sonrisas ocupan el ciento cincuenta por cierto de la cara.
Dicen que existe una cosa llamada «Paradoja ecuatorial«, como no tiene pagina en wikipedia no podemos creérnoslo, que consiste en que los países cercanos al ecuador suelen tener menos renta per capita que los países del norte. Dicen también que se debe a la fragilidad ante el clima de estos países .
Estamos muy lejos de haber visitado TODOS los países de clima tropical del mundo, muy, muy lejos, y aun así en todos los que hemos estado nos han sorprendido la acogida, la forma de vida, el ritmo, ¡¡¡las sonrisas!!!
Después de una ardua investigación en la que volvimos a poner en juego nuestra vida hemos encontrado, ni mas ni menos que en Bali, la razón de esas sonrisas.
Ocultándonos en las sombras seguimos a los habitantes locales mientras se dirigían a comprar el secreto de las mismas. Nunca pensamos que todo fuera un producto capitalista, pero que carajo, nosotros también. Entramos, pedimos un «secreto de las sonrisas» y nos dieron esto…
Como siempre la visión de algo sin comparación no nos aclara las dudas, pero ¿y ahora?
Esta claro, la razón de las sonrisas tropicales no es mas ni menos que un GRAN cepillo de dientes. ¿Que hay otras? Seguro, ¿que son mejores o peores? de eso ya no podemos hablar, pero de los de cepillos de dientes si, nos llevan miles de cerdas de ventaja 🙂
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julio 14th, 2015 lorco
Debe ser la séptima temporada de lluvias que pasamos en este país, y hasta mitad de la semana pasada fue de esas temporadas que dices «pues tampoco llovió tanto».
Nos debió oír el “kamisama” (dios en japonés) que se ocupa de las lluvias y desde entonces no ha parado.
El Ser Humano nunca está contento, hay gente que se queja de no poder tender la ropa, de no tener nunca los pies secos, de haber comprado y perdido decenas de paraguas en este juego, de no poder pillar la moto sin riesgo a terminar la frenada bajo algún coche, de tantas y tantas cosas…
Siendo de donde somos y acostumbrado a no salir de casa si llueve ( a mí no me metas, en Cádiz llueve, no nos da miedo el agua), es difícil hacer vida, pero 24 horas sin parar de llover, seguidas por 24 más y así durante una semana… uno se acaba acostumbrando.
Además yo me alegro porque así no tengo que regar las plantas, están cada día más grandes y verdes, no tenemos que limpiar la terraza , está reluciente (perdooooooona, la fregada de terraza que me metí este domingo no tienen nombre, tiene las horas al sol tatuadas en mi espalda) y sobre todo porque así, veo una de las chapuzas más brutales que se ven en esta ciudad.
LOS ARREGLOS DE GOTERAS EN EL METRO
Uno esperaría que en Japón llegase una brigada de doce obreros, con sus cascos, sus escaleras, sus cinturones de herramientas. Precintaran la zona de la reparación y trabajasen incansables cual Curris de los Fragels hasta terminar con la maldita gotera.
Pues no, los doce obreros llegan, con sus cascos, sus escaleras, sus cinturones y su cinta americana y plástico.
Normalmente lo que hacen es cubrir la gotera con plástico, «redirigir» el flujo de agua hacia una pared, y de allí al suelo que ya está preparado para que ese agua termine en un sumidero. Un poco chapuza, una ñapa bastante temporal, pero efectivo, nadie se moja.
Hemos visto algún que otro cubo rodeado de cuatro conos naranjas y cinta de «no crucen/peligro» que tampoco está mal como ñapa. Pero esto, esto es ingeniería suprema.
Sí, sí, mirad otra vez.
Un plástico que termina en un cuello de botella, también de plástico, que engancha con un tubo y este redirige el agua a un lado de la pared y ahí al sumidero.
¡¡GENIUS!!
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mayo 24th, 2015 lorco
Despertar a las siete de la madrugada, intentar recordar donde estás y darte cuenta que esa «maravillosa» noche en bus cama te ha dejado destrozado. Salir y que el calor golpee tu cara, así empezó el primero de los tres días que pasamos en Siem Reap.
Ya teníamos cita con nuestra guía para ese día, así que nos arrastramos al hotel, dejamos las maletas en la habitación y a esperar mientras desayunábamos tranquilamente.
Debemos decir a todos aquellos que no seáis amantes de leeros dos mil libros, tres mil entradas de blog y varias revistas de arte… PILLAROS un guía. Al menos para el mega templo (de cuyo nombre jamás me acordaré :Angkor Wat (A mí me suena a Ankh-Morpork y esa es la del mundo disco)). Volviendo a nuestra guía, Mai, era una japonesa que a pesar de ser majísima (gracias Chiqui por la recomendación) no dudó en pegarnos una buena paliza: cuatro templos con parada y fonda en restaurante incluida. Además, nada de visita turística de chichinabo, tuvimos introducción histórica… y es que Mai llegó a Siem Reap como parte de un grupo de restauración y se enamoró de los templos, de sus relieves, sus bustos de Shiva, sus estatuillas mutiladas de Buda… ¿cómo no disfrutar de una visita con ella?
“El rincón de Gordopilo” Allá por el siglo XII Savayan séptimo, el Unificador, decidió, pues eso mismo, unificar el territorio entorno a Siem Rey construir entre otros, el templo de Angkor Wat. ¿Desea saber más?
La visita empezó por el mega templo, pero entramos por el sur, evitando así la HORDA de turistas y guardando la visión de postal para la salida. Si tuviera que volver a a hacerlo, sin duda sería igual, nos pegamos la sorpresa DESPUÉS de haberlo visto por dentro, de haber prestado atención a los detalles de los relieves. Hay, si no recuerdo mal, cinco grandes murales y cada uno de ellos tiene una historia ENORME. Llevarlos estudiados o con guía mejora sin duda la experiencia. Nosotros desconocíamos la mitología/historia de es época y flipamos como enanos mientras Mai nos explicaba los tres que ella eligió para ese día. La “leche divina” (y que nadie empiece a pensar cosas raras) era el caldo de cultivo de la vida (vaya, no lo estoy arreglando)… Veamos una imagen.
Fijaos en los animalejos (peces, tortugas, aves…) parecen flotar, ¿verdad? Pues ese líquido en el que flotan y se mezclan constituía el origen de la vida. ¿Más cosas? Naga, la serpiente de siete cabezas que custodia puentes y cornisas. Naga era una divinidad que protegía a los suyos y castigaba a los demás, como tiene que ser. Como veis en este detalle, Naga era larga de narices, ejércitos de fornidos soldados jalaban de su cola… o me estoy liando. ¡Sigamos!
Antes de dejar el Angkor Wat, hicimos el ascenso a la pirámide principal, desde de la que se puede contemplar el complejo casi al completo…Eso sí, si vas tapado de pies a cabeza, que aquí eso del calor no va con ellos. Si valía la pena o no, cada cual que juzgue, pero vaya subidita… ¡casi nadie había!
Lo que sí valía la pena, indiscutiblemente, fue el último vistazo a Angkor Wat… y ese espejo que te transporta a un cielo en la tierra.
Ya cumplido con el primer templo, hicimos lo único que podíamos, buscar la sombra, buscar los templos de la selva, esos que, al parecer, salieron en un Tomb Raide(Ta prohm). De estos, destacar siempre cómo la naturaleza ha reclamado el espacio que le tomaron prestado.
Según nos contaba Mai algunos equipos de restauración han querido cortar árboles para dar al templo su imagen original, pero la «presión» turística de ver esa simbiosis les ha obligado a dejarlo tan cual está. Es una tentación para cualquiera con alma de niño, perderse entre los pasadizos y encontrar pequeños tesoros ocultos entre las ruinas. Como las máscaras del “monstruo sin cuerpo” que decoran los dinteles y las cornisas o sus fauces que antiguamente decoraban los tejados y que ahora asoman como los dientes de un recién nacido que empujan por salir ; también exuberantes bailarinas caprichosamente brillantes o gastadas por el tiempo (o algún explorador salido) o mejor aún, las escasas esculturas de Buda que aun quedan escondidas entre las ruinas.
Y es que como en muchos otros lugares, al cambiar de religión el reino, el culto a Buda fue perseguido y casi todas las estatuillas del mismo que adoraban los templos fueron mutiladas o simplemente extraídas a golpe de cincel…
El atardecer se acercaba inexorablemente, y nos dirigimos a Bayon… ¿os suenan las pirámides con forma de bustos de Buda? Sí, esos no había huevos a mutilarlos, y menos mal. Vaya espectáculo…
Para los dos días siguientes decidimos que haríamos uno de «ver los que nos quedan», tarea imposible debido a la cantidad que hay, y volver a «Ankh-Morpork» a ver los relieves (los vistos y los otros). Básicamente, sentarnos, mirar a los turistas y no hacer nada.
Hacer turismo no está, siempre, reñido con no hacer NADA y disfrutar. Para ello, me puse el disfraz de Dr Jones Sr, fabriqué mi propio plano del complejo y lo recorrimos de cabo a rabo junto a nuestro fiel Ok Vitol, ¡chofer y profesor de khmer!
gracias : “a’kon” perdón: “samtousa” chica guapa: “srei saat” (no nos dio para mucho más…)
Nuestro primer destino, Baphuon. Un complejo de varios templos con cuatro puertas a cada cual más impresionante, que controlaban el acceso al patio de los elefantes (sí, ellos no tenían carreras de caballos o corridas de toros… pobres, se tenían que conformar con juegos como “el paquipolo”…).
No sé cuántas horas pudimos pasar allí, fue un no parar de PIRÁMIDES, escaleras, templos escondidos y SOL, SOL, SOL, madre mía qué calor hacía.
Y para terminar, visitamos el templo de Benteay Kdei, frente al lago artificial de Sras Srang. Al caer la tarde y con el templo casi vacío, teníamos la impresión de que aquellas estatuas de ojos cerrados vigilaban plácidamente nuestros pasos. Y así, sin darnos cuenta, el sol empezaba a caer y el Sras Srang nos llamaba…
Pues sí, a una le gustan los atardeceres…y si van acompañados de una cerveza… Ni Mahal podría negarse.
Ni qué decir tiene que aquel día nos dejó a los dos con un buen sabor de boca pero cansados, bastante cansados y dispuestos más que nunca a eso de «no hacer nada» como plan para el tercer día.
Ankh-Morpork no nos decepcionó, incluso nos trajo la visita de una familia de monos, de esos que todo lo quieren tocar, morder y que la lían parda con los cordones de protección de los relieves… A ellos les sobran, llevan ahí desde antes de los turistas y lo que les mola es estar SOLOS en algunas de las galerías, como a nosotros, que huíamos de los grupos de chinos (sí, gente, se nos comen). Es increíble, pero al parecer, todo el mundo visita las mismas galerías… Doble consejo, si el primer día vais con guía, volved, volved solos y pasead sin rumbo siguiendo aquellos pasillos donde no hay nadie. Parecerán el triple de grandes.
Ya por la tarde nos sentamos a mirar como el sol caía cual coco, a veces me pregunto si en estas latitudes no habrá alguien tirando de un hilo y bebiendo nuestras cervezas, que se vacían solas…
En un remoto pasado
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mayo 4th, 2015 lorco
Es una manía estúpida, lo se, pero no puedo soportar a los que pulsan LOS DOS botones del ascensor.
Es una de las pocas cosas en las que soy un jodido extremista, llegando al punto del nazismo anti doble botón. A ver, si vas a subir, para que narices necesitas darle a LOS DOS, ¿Qué te gusta saludar a los que bajan o algo? ¿qué nunca has montado en uno y te hace ilusión pasearte? ¿qué eres tonto de baba? No se me ocurren otras razones.
Puedo conceder la duda del error, en serio que puedo, existe la remota posibilidad de que no sepas que cojones quieres hacer, que te confundas o que al resbalar mientras golpeas con tu cabeza el suelo la punta de tu pie izquierdo golpee el botón que aun no había sido presionado. Pero me da que no…
He intentado entrar en la cabeza de esos terroristas pulsaDobleBoton. Intento visualizar la razón por la cual parar el ascensor en el sentido contrario a lo deseado les ayudara a tener uno a su disposición en un tiempo inferior a los demás que solo pulsan uno.
No puedo. Me cuesta.
Si, si, que lo mismo se debe a que mi formación, mis estudios y el autocontrol que de joven ejercí han hecho que sobrevivan más neuronas de las necesarias para darme cuenta del error. Pero no, os aseguro que he visto a gente preparada, con estudios SUPERIORES, con DOCTORADOS y MASTERS del universo, gente que jamas se acerco a sustancias, legales o ilegales, que pudieran afectar a su buen juicio.
Se acercan al ascensor, digamos en un 8 piso de un edificio de 10 plantas, quieren subir y le dan a los DOS botones.
Primero de dices, so vago/a, sube andando, luego te preguntas… ¿EN SERIO? ¿Vas a bajar a donde quiera que vaya, que lo mismo hasta tiene sótano, y luego volver a subir? ¡OLE TU PULSAMIENTO DOBLE Y COJONERO!
No sufren el mismo desprecio aquellos que pulsan dos millones de veces en 3 segundos el botón intentando así desbloquear la «velocidad absurda» del mismo. Estos al menos no provocan ningún cambio en el ascensor, tan solo que la gente los mire con cara de «pobrecico, le daba pa un café»
Pd.- La foto que inicia el artículo fue encontrada tal cual en la naturaleza, el responsable de la misma había abandonado el lugar.
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abril 7th, 2015 lorco
Hace ya un tiempo que andamos por este rincón, ya hasta casi parecemos de aquí.
Me ha dado tiempo a perder casi de todo: una sudadera, dos gorros de lana, unos zapatos, un par de guantes, las llaves de casa, alguna neurona, muchas sonrisas (pero estas las regalo) y aunque no me lo crea del todo entre las pocas cosas que AUN no he perdido está mi primera tarjeta de transporte, no renuevo el abono desde el 2009, ahora con la moto me sale mucho más barato pagar billetes simples.
Lo que le pasa a la pobre es que, como dirían los franceses, «a du vécu». Vamos que lleva mas trote que el mayordomo de Phileas Fogg. Aun funciona, tiene los achaques propios de la edad, pero nada que no solucione un poco de cariño. Me explico.
- Ya no funciona en todas las máquinas de recarga.
- Algunas no la leen.
- En otras se queda atascada.
A la hora de pagar, ningún problema, el bicho siempre la lee y me deja entrar y salir.
Como el señor ese de las leyes de la tostada seguro que escribió, en la máquina que más problemas da es en la de TU ESTACIÓN, y así es. Pero no es una, no, en las dos, la de entrada y la de salida.
Hay dos operaciones que puedes hacer en las estaciones. Rellenar antes de entrar, si eres previsor o si tienes la tarjeta TAN seca que no te deja ni entrar y una vez dentro darle de comer al pajarito si no te deja salir por «tener un saldo insuficiente».
Evidentemente en la estación de salida NINGUNA de las dos operaciones funciona, si intento recargar antes, se atasca y la lío, tienen que salir y desmontar la parte de lectura de la tarjeta para devolvérmela (menos mal que tardan poco más de 20 segundos)
Si intento recargar porque va seca, se atasca el dinero, se atasca la tarjeta y tienen que desmontar DOS partes de la máquina, una fiesta (menos de un minuto).
En la estación de salida tan solo ME IMPIDE recargar, tengo que ir a la oficina y hacerlo allí, ¿hablar con una persona en lugar de hacerlo con una máquina? ¿estamos locos? La única vez que le pregunté al señor de la cabina si había alguna razón por la que no funcionaba la tarjeta, me preguntó amablemente si esperaba que en el estado en el tenía la tarjeta, esta funcionara correctamente 🙂
En una de esas «voy seco y llego a casa», sabiendo que la iba a liar con la máquina dejé pasar a un chico para que recargara primero, pero mientras recargaba llegó una señora y esta fue nuestra conversación (en japones/inglés traducida aquí para facilitar vuestra lectura y no ridiculizar mis niveles en ambas lenguas)
-Perdone por la espera, la tarjeta se atasca.
-(viendo el estado de la misma) ¿Sabe usted que puede cambiarla?
-Sí, sí. En las «ventanillas verdes», ¿verdad?
-Sí, exacto. ¿Por qué no lo hace?
-Es la primera tarjeta que tuve en Tokio y me hace ilusión seguir pudiendo usarla.
-Ah, ya veo.
-Además, el único sitio donde siempre se atasca es en esta máquina, en las demás «suele» funcionar a la primera.
-Entonces, ¿por qué no recarga en otras?
-A veces no me doy cuenta de que queda poco dinero, lo siento.
-No pasa nada, yo sigo usando el monedero que compré con mi primer sueldo…
De este modo, la señora se quedó tranquila, pues me hacía entender que «ya me valía» por tener algo tan viejo y poco práctico, sin dejar de compartir el pequeño complejo de «Diógenes» que a mí se me planteaba.
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