Cuando las temperaturas empiezan a bajar, ahora que por la noche eso de tener la sabana para taparnos los riñones es agradecido, ahora que los tifones estrenan temporada y la lluvia no termina de irse ni de venir, hablemos de filipinas, hablemos de Mohalboal y de nuestra semana de vacaciones agostera.

Al ser muchos recuerdos hablaremos primero de los líquidos, de los de fuera del agua, de esos que se ingieren y nos sumergen es sus brumas.

Cuando elegimos nuestro destino sabíamos que solo había dos planes posibles, bucear durante el día, comer y beber durante la noche. Algo de lectura, a la sombra o en la piscina y poco mas, un plan estupendo.

Muchos alemanes y suizos han hecho de este rinconcito paradisíaco su pequeño Benidor y es bien sabido que si hay algo en que los juVilados son imbatibles es en saber comer/beber.
Filipinas ofrece una opción ganadora, San Miguel, siempre presente en cada comida/cena/desayuno.

Pero no podríamos hablar de bebida y filipinas sin hablar de Tanduay una y otra vez.

Ese «gran» ron local imbatible, en precio, en taquicardias, en euforia, en sustancias extrañas y en una gama enorme de productos.
No solo tienen el ron de cinco años a menos de un euro la botella, el de quince a menos de tres, botellas petaca de medio y un cuarto de litro, no, no, este año tenían cócteles de colores. El, para nosotros, nuevo Tanduay ICE

¿ Colores? ¿ querrán decir sabores? No, no, COLORES, en las botellas nunca indicaban el sabor, para que, estaba claro que era química mezclada para darle un color y un sabor fresco a esas botellas.
En un afán de culturizarnos, enriquecernos y enturciarnos una poca, las probamos TODAS. Eso si, no seguidas.

Aquí van los resultados de nuestras pruebas de los mismos.

Fue sin duda el perdedor de la serie, quizás eso de ser light, de no tener un color, o de tenerlos todos, no convencía. Tan poco nos gusto que lo dejamos solo.

Sin duda los mas químicos, los de sabor menos identificable, pero estaban dulces, frescos y tenían tan solo cinco grados de alcohol.

GRANDES, mas de una noche traicionamos a nuestra querida cerveza por un par de estas cosas llenas de productos que solo tienen códigos, combinaciones de laboratorio que refrescan y seguro hacen nuestras vidas mas largas.
El sabor, a refresco, poco mas. Si alguna vez os comisteis un polo-flaaaa de estos colores sabréis EXACTAMENTE a que sabían. Si no, ¿ a que esperáis? La vida es para llenar tu cuerpo de quimica y disfrutar de ello.

Y felices como un pollo nos quedamos.

La próxima os contamos que tal nos fue dentro del agua.

En un remoto pasado
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Esta entrada fue publicada el miércoles, septiembre 11th, 2013 a las 6:17 am en la categoria/s De paseo.
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