Desde hace un par de semanas Tokyo esta infectada de tipos con chaquetas azules y brazaletes amarillos.
Suelen encontrarse en grandes cruces y estaciones de metro. Algunos de ellos están sentados, con un papel sobre sus rodillas, y otros simplemente se encuentran de pie y parecen mirar al infinito.
Si usted los encuentra tenga cuidado, llevan en sus manos un conjunto de aparatos que les transformaran en numero.
Al parecer estos aparatos son una solución de baja tecnología para realizar transformaciones casi mágicas, cambiar a personas por números.
Aun no tenemos muy claro el objetivo de estas transformaciones, pero por favor, andense con ojo y de realizarse esa transformación contáctenos, nos encantaría salir a compartir unas cervezas con un amable 123 o incluso un 857.
Debo decir, para que nadie luego nos recrimine, que hemos atentado una canción. Nada de cantar de verdad. Tan solo masacrar el micro mientras los japoneses se preguntaban por que nos moríamos de risa si no cantábamos PARA NADA lo que había en la pantalla.
Mereció la pena. Nuestro estado etílico nos ayudo y lo creáis o no creo que repetiría.
Evidentemente nadie acertó ayer, pero es que es un clásico español bastante difícil de acertar, me atrevería incluso a decir que es un clásico de tipo privado.
VIVA HIGATRON!!
El domingo fue San Clemente, patrón de Lorca, pero como nosotros no podíamos subir al castillo decidimos simplemente hacer unas migas. Y comérnoslas tranquilamente mientras nos bebíamos la botella de la recepción real, ya iba tocando.
No nos esperábamos ninguna maravilla debido a la falta de medios pero las migas salieron muy buenas, tanto que nos comimos dos platos cada uno. Y en tan solo 40 minutillos, todo un récord miguero donde los haya.
Los ingredientes finales… Harina (600 gramos), magra de cerdo (200 gramos), ajos puerros (un manojo), espárragos trigueros (cuatro), bacalao seco (dos trozos)
El jodio bacalao olía TAN, TAN mal que tuvimos que sacarlo al balcón a ver si respiraba y yo me tuve que lavar las manos, no podía acercarme la cuchara sin oler ese aroma a ……. y rayos.
Y claro, la peor parte de hacer unas migas es que luego hay que limpiar y nuestra cocina parecía Sarajevo, ¿a que si?
PD.- este post esta, evidentemente, dedicado. A la GESSA, antes conocida como Isa.
Y el sábado, como aun no estábamos destrozados, decidimos seguir el día con una cenita en un izakaya (居酒屋) y después salir corriendo hacia un Karaoke, mejor correr hacia allá que salir corriendo para casa.
La cena ha sido una de las mas divertidas de las que hemos hecho, éramos un montón de gente y todos con ganas de pasárselo bien. Ademas nos pusimos hasta arriba de comer y beber todo por 2800 yenes por cabeza, nunca hemos pagado tan poco comiendo TANTO y bebiendo MAS.
Nadie recuerda haber bebido menos de tres cervezas y comer comimos como para aburrirse. Y claro, desde el restaurante salimos a un bar ingles a hacer tiempo. Aun era pronto para el ultimo metro y algunos de los de la cena se apuntaban a una «ultima» copa antes de correr hacia casa. Mientras que los demás íbamos terminado de calentar motores para el karaoke.
El sistema de los Karaokes me encantó, no es que piense volver pronto, pero atención…
Mil yenes por persona y por hora con barra libre…
¿A que os apetece eso de una cancioncilla?
Pd.- Mañana un vídeo de la actuación estelar de Nerea y yo a dúo, cantando una canción «tipical Spanish» ¿alguien se anima a jugar a las adivinanzas?
El otoño es otra de las estaciones en la que los japoneses salen a correr por el monte, cámara en mano, en busca de la foto que les hará sonreír durante un par de meses. Y nosotros que también somos de los de darle al botoncito de la cámara decidimos imitarles.
Nuestro insuperable guía, Hirata-san, nos había ofrecido cuando fuimos a Kamakura llevarnos él a ver el fenómeno y claro, no pudimos resistirnos. Nos llevó a un montecito, relativamente lejos de Tokio, el monte Takao.
Y esta vez íbamos aun más gente, Hirata-san, Gaby, Hiroshi y su mujer Hiromi, una pareja encantadora que esperamos volver a ver pronto.
La verdad es que, como en todos lados, eso estaba HASTA ARRIBA de japoneses mirando los arbolitos y disfrutando de un día medio soleado. No me cansaré nunca de sorprenderme de lo muchos que son. Muchos y precavidos: mantelito para el picnic, camping gas para hacerse un buen ramen mientras ven el Monte Fuji, unos oniguiri preparados la misma mañana a las 4, el termo con el té que no falte…Niños, jóvenes, parejas, grupos, gente madurita, jubilados oficiales y algún guiri, todos comiendo y disfrutando del sol y del techo rojo de las hojas de los arces.
La verdad es que el madrugón mereció la pena y aunque salimos a las siete y media de casa y llegamos cerca de las cuatro nos pareció haber hecho muchas, muchas mas cosas.
Por cierto, los japoneses tienen hasta un nombre para el cambio de color de las hojas Kouyou (紅葉) aunque en wikipedia solo aparecer Momijigari (紅葉狩り) , ¿alguien sabe por que?
Mientras que disfrutamos de un dia festivo por ser el patrón de Lorca os dejamos tan solo un par de lineas informando de que mañana este blog retomara su función habitual.
Y es que poco a poco todos los países del mundo van descubriendo que San Clemente debe ser festivo OBLIGATORIO y claro, como fue ayer, domingo, lo han pasado a HOY lunes. En el fondo estos japoneses SON LA OSTIA.
La verdad es que una de las cosas que más echo de menos de Filipinas es mi pedazo de desayuno a base de Taho, supongo que aquí tendrán algo parecido pero aun no lo he encontrado. Lo cual ha hecho que cambie a productos que venden en las tiendas de 24 horas, kombini, y aunque tienen mil cosas de bollería que harían las delicias de los mas gordos del lugar, ha habido algo que captó mi atención desde el primer día.
Los Ranchi Pakku (se pronuncia como Ranchi packu, los japoneses no hacen diferencia entre R y L, de hecho no tienen L, pero eso ya lo veremos otro día) pueden ser dulces o salados, hay de un montón de sabores. Y para aquellos que tienen el nivel de ingles de las ardillas significa pack merienda (traducción totalmente libre).
Yo, cuando pillo, suelo pillar el de cacahuete o el de NOCILLA. La verdad es que eso de tener un sándwich de nocilla sin bordes y sellado con lo cual la nocilla no puede escapar es un triunfo. En serio. Mejor casi que los triangulitos de los cumpleaños.
La compañía que los hace se llama YAMAZAKI (ヤマザキ) y produce sobre todo productos basados en PAN, que se dice igual en japones, pero con diferencia, lo mejor, sus Ranchi Packu.
Tres dulces y tres salados, los dulces, nocilla, cacahuete y mantequilla con miel, los salados ni los he probado con lo cual os dejo que seáis vosotros los que traduzcáis los higarana ys katakana para saber lo que son.
Como hace tiempo que solo hablamos de cosas serias, de nuestras salidas por estos mundos y no hemos tenido tiempo de reírnos de lo que más nos gusta reírnos en este mundo, de nosotros mismos.
Ando ya por esos meses en los que me planteo si mi política de cortarme el pelo dos veces al año es la correcta o no. Tengo las rampas de piojos que se disparan, la cara que empieza a parecerse a Gargamel y ademas este jodío pelo no abriga siquiera. Claro esta que me permite hacer barbaridades que nunca podría hacer de otra manera, mejor mirar la foto.
Despues de esa foto poco mas que decir, como bien decían Platero y tu en DÉJAME EN PAZ (VOY A ACABAR BORRACHO)
Y yo que soy el mejor en el arte de la peluquería
mantengo mi pelo grasiento porque lo puedo moldear.
Y mucho mas en un país donde al parecer el aspecto exterior es importante, aunque luego nadie te mire durante más de cuatro segundos y siempre y cuando tu no cruces en ese momento la mirada con él.
Otra de las cosas «interesantes» que hicimos ayer fue poner nuestros nombres en el buzón, ahora ya tenéis nuestros nombres en katakana y ya solo os queda conocer el chome para poder escribirnos, poco a poco, poco a poco.
Después de el atareado sábado y viernes decidimos darnos un domingo de tortilla de patatas en algún parque de Tokyo. Con la mala suerte de que el domingo amaneció cubierto y lluvioso. Aun así, presas de un ataque de tortillitis, nos hicimos nuestra tortilla confiando en que algo cambiaría. Nada, no hubo nube que desapareciera del cielo. Y aunque Fernando intentó sacarnos de casa conseguimos decir que no.
Y en eso estábamos, sentados, haciendo como que no hacíamos nada, hasta que sonó el teléfono. Ni más ni menos que mi primo Mariano e Isabel, recién casaditos, que habían venido de viaje de novios a Japón y habían conseguido contactar con nosotros. Pues a celebrarlo tocan.
Carrerita hasta el metro y de nuevo en Ginza, café tranquilo mientras nos poníamos un poco al día, mucho tiempo sin vernos. Pequeña llamada a Fernando y corriendo para Shinjuku Station (新宿駅), la estación MAS BRUTA DEL MUNDO, a ver si encontrábamos un simpático Izakaya(居酒屋) para cenar.
Dicho y hecho, tenemos cena.
Todo muy tranquilo y para terminar acompañamos a la parejita al hotel y claro, no hay despedida sin una copa precedente…
Una vez en el restaurante, casualidades de la vida, una simpatiquísima pareja de japoneses nos ayudo a pedir sake. La camarera se empeño en darnos una excesiva información sobre los tipos que tenían cuando nosotros solo queríamos UNO, el que fuera.
Resultó que el caballero japonés sabía decir GRACIAS y VINO BLANCO y recordaba muy bien su estancia en Barcelona : RAMBLAS, BOKERIA… increíble. ¡¡Pero si nosotros seguimos cambiando los nombres de las estaciones por falta de memoria!! En fin, que el caballero en cuestión no solo era amante de la comida y bebida ibéricas sino que además era actor cómico, artista y música, y nos dio su tarjeta. Su compañera no se quedaba atrás, era artesana de lana, no tejedora… tenemos una postal de una exposición que estaba haciendo, que cosas más raras se pueden hacer con la lana, ¡la virgen!
Pues eso, que un par de fotillos, unas risas y querían invitar a la feliz pareja de recién casados a una última copa, pero los pobres estaban reventadicos y declinaron amablemente. Cuando se marcharon prometimos llamarlos para cuando volvamos al Tío Danjo.
Poco después dejamos a Mariano e Isabel, que aún tenían que preparar las maletas y levantarse tempranito para ver el tsukiji Market. No sabemos si lo consiguieron o no!
En cualquier caso, un domingo sorprendente e irrepetible. Pero algo nos dice que a Mariano (a Isabel también espero) le ha gustado Japón y volverán en cuanto puedan. Aquí les estaremos esperando.
Como siempre, nosotros en nuestro buen rollito apalancadetes en Gyotoku, no íbamos a hacer nada el viernes, pero Chiki nos lió para ir a tomar unas cañas de verdad a un bareto español al otro lado de la ciudad con sus colegas del laboratorio. Como no me fiaba de sus intenciones para con Guillermo, invitamos a Sato-san, nuestra profe de japo. Una tía cachondísima que prometió pasarse después de hacerse las uñas… no es coña.
Llegamos muy pronto a Ebisu y nos dimos unas vueltecitas por el barrio, otra cosa no será pero bares, por un tubo. No encontrábamos el Tío Danjo pero sacamos un par de fotillos interesantes y es que aquí en diseño se comen la bola mas que el copón, comparado con nuestra vieja y tradicional Europa… Pues al final, en un callejón oscuro encontramos el dicho bar, que parecía que lo hubieran sacado de cualquier calle de spain, porque no le faltaba detalle… ni tampoco le sobraba. La carta toda en español (y en katakana para que puedan pedir purupo a la gaiega y torutiya, y un carta de vinos que da envidia a nuestra botella robada de la recepción: manzanilla, sherry, sidra, tintorro y un Alvarinho que agotamos aquella noche con la inestimable ayuda de Aki y Sato (Peter, Simosoño, la otra chica y el otro señor de las fotos se marcharon prudentemente a las nueve y poco, creo…)
Les hicimos probar de todo: jamón, quesito manchego, croquetas..hasta callos!!!! Menos mal que Fernan me frenó cuando intentaba explicarles lo que eran porque no se los habrían comido en la vida.
Desde luego, volveremos. Tio Danjo, en EBISU, cerca de la estación, un buena dirección para nostálgicos gastronómicos (y baratico de precio además)
El viernes llegamos a casa por los pelos, pero no debíamos quedarnos por ahí de fiesta. Teníamos cita con Kato-san, un profesor de japonés voluntario en el Centro Social de Gyotoku para dar una vuelta por el Palacio Imperial. No paraba de hacer preguntas, contarnos historias de la Era Edo y de decirnos que posáramos para sacarnos fotillos.
Un encantador guía que me recordaba en muchas cosas a Hirata-san (de Kamakura). Para los que empecéis a haceros un taco, podréis consultar el elenco de artistas invitados en el álbum de fotos Haciendo amigos. Con la tontería de caminar, nos dieron las 3 y no habíamos comido (ni apenas desayunado), así que nos tomamos un café y nos despedimos de Kato-san.
GINZA
Llegamos a Ginza aún de día y tras un encuentro furtivo con Fernan y las ardillas nos fuimos a comer ramen y a dar un paseo por Ginza en busca de un bareto… Dios que pijerío más abrumadorrrrrrrr. Creo que mejor dejaros las fotos porque no tengo palabras… bueno, algunas si que tengo. Ginza a primera vista se parece a cualquier zona de shopping, pero cuando el sol se pone, uno se da cuenta de la PASTA que rezuma por los poros de sus edificios. Sudor luminoso en forma de neones futuristas, pantallas gigantes con anuncios de todo tipo y un olor a azufre propio de las más altas casas de costura… Colas considerables salen (o entran) en esos gigantescos pulpos de cemento (corazón corazón corazón de hormigón!!!!!!) como tentáculos que atrapan a más y más víctimas del fashionsonsumismo… Sin embargo, en lugar de rictus de horror y mandíbulas desencajadas por el miedo, estas víctimas parecen disfrutar con la experiencia. Mejor para ellos.
Una hora y media después, y mucho más cerca del Kabukiza, encontramos el rincón del bucanero traidor, anunciando una atractiva HappyHour que resulta ser un espejismo que solo se produce entre semana… pero aun así es barato, y caen un par de copas antes de que nos llame Chiki desde la puerta del Kabukiza.
KABUKI (¿qué es el kabuki?)
Aquí la gente puede comprar la entrada para 3 obras consecutivas (4 horas y pico de representación…ahí lo llevas) o por separado. Fernan tenia una entrada para 3 obras y yo un Guille bebedor de cañas. Así que en la última representación, intercambiamos guille por entrada y disfruté como una enana de una merecida siesta de 15 minutillos y una representación increiblebleble….
Explicarlo sería muy difícil, y eso que tengo aquí el prospecto en inglés y todo: la magia, el colorido, el honor, la comedia, la danza y la música, claro. Pese a ser hombres, los papeles femeninos tienen mucha credibilidad y fuerza, uno de los onnagata estaba considerado Tesoro Viviente en Japón incluso. Si debemos creer lo que dicen las guías, las mujeres tuvieron que desaparecer del Kabuki porque los espectadores se ponían muy jabatos… (incontrolables testosterónicos) y claro… ¿Qué haces con 40 samurais salidos como motos?
No me importaría volver.
Para culminar la noche y sobretodo compartir puntos de vista sobre el Kabuki, los compis de Fernan habían reservado en un restaurante de por allí… Dios, que miedo nos dios ver el sitio. Bar a vin, con solo vinos europeos del copón, Saint Emilion incluido (cayo una botellita…)
No voy a negar que lo pasamos bien, ni que fue un clavazo del 15. eso si, la de tiempo que hacia que no probaba un buen camembert, un reblochon, un azul…
Las fotos os ayudaran a meteros en ambiente (6 talegos por cabeza os ayudaran a decidir si queréis que os llevemos…jurjur)
Andábamos todos bastante reventados, así que no costo mucho convencernos de que lo mejor que podíamos hacer era tirar para Gyuotoku y rezar por una noche larga y un sueño reparador. Y así fue… solo que al final, el domingo, también nos liamos! Pero esa es ya otra historia.
Kiyos y kiyas, dewamata!
Esta mañana tenia una sorpresa esperándome en la oficina. La confirmación del visado había llegado ya solo teníamos que ir a inmigración a que me sellaran el pasaporte y seria legal para siempre, por los siglos de los siglos, y pasaríamos a ocuparnos de legalizar a mi bien amada.
Pero claro, como toda burocracia que se precie no iba a ser tan simple.
Llegada al edificio de inmigración a las 10.30, primera cola, tan solo para coger un numero y que verifiquen que todos tus documentos están correctamente cumplimentados. Eso si, ya podían dejarse un poco más de pasta en las traducciones, ni en ingles ni en español esa frase tenia sentido, ni idea ya en Coreano, chino o portugués.
Comprueban, todo divino, ya tenemos el número, quince minutitos de espera y HOP. ¡NOS TOCA!
Yo todo contento, pienso que ya esta todo resuelto, pero…
Falta un hanko, mierda. Ya me toca volver otro día, seguro, no, no, es en la ventanilla de allí enfrente haz la cola y que te lo pongan. Diez minutos de cola, hanko en el pasaporte y hop, vuelta a la cola principal.
Recuento final de los papeles, todo parece correcto, ¡Y SI!. Me lo aceptan, soy legal.
Aun así…
Tan solo tengo un sello provisional en el pasaporte, durante esta semana me mandaran un aviso por correo que me dirá que tengo que ir DE NUEVO a inmigración a que me pongan el hanko definitivo.
Y una recomendación, que pase por el ayuntamiento de mi ciudad, Chiba, para que me pongan al día la tarjeta de residente, la cual tendrán que volver a poner al día cuando me den el visado definitivo, el cual ya casi tengo…
Y yo me pregunto, ¿esto no será una influencia malvada de la burocracia francesa?