San, ni, ichi… Yoi otoshi o!!!!
enero 2nd, 2009 lorcoPreguntaban algunos andestaba el vídeo de la campanadas… No es cosa fácil disfrutar del Año Nuevo debidamente, ocuparse de las visitas, poner los post a tiempo… Pero tarde mal y pronto, akí tenemos las campanadas del 2009, tachán!!!!!
Tres días antes de la fecha, nos reunimos con Carlos para discutir lo que se podía hacer y tal. Desde aquí nuestro eterno agradecimiento a Carlos por lo bien que organizó todo, la elección del lugar, y el trabajo de guía incansable en la ronda de bares por Golden Gay. Eres un caballero. El lugar elegido para la cena fue el Criston. Un restaurante decorado como una iglesia, con sus angelotes, sus sotanas antiguas en vitrinas y olor a incienso… No faltaba un detalle, sobraban pecadores y los camareros en lugar de ir de monaguillos iban cada cual a su estilo: algunas cosplay, otras de kimono, los más raritos de champiñón o banana… Ver vídeo.
Dimos la bienvenida al 2009 con gominolas y a contrarreloj, es que los japoneses hacen una cuenta atrás a partir de 10 mucho más celérica que nuestras tradicionales campanadas. Para muestra el vídeo mismamente.
Al lado del restaurante había un templo y allí que nos fuimos a ver como era eso de las 108 campanadas y los rezos y deseos para el año nuevo… La foto de grupo es lo que queda del intento, una cola kilométrica y un frío dl carajo nos disuadieron de una espera que habría acabado con el subidón obtenido gracias al nomijdai (barra libre de dos horas) del que salíamos.
Como tampoco era plan de irnos para casa, Carlos propuso un tour por el Golden Gay y sus callejuelas y bares minúsculos que fue secundado por unanimidad. De este modo acabamos en un mini antro flamenco fumando puros de chocolate (de los que se venden en los estancos, que no se engañe nadie, no hubo tanta suerte) y escuchando música de la tierra. Después de un par de copichuelas, cambiamos a un bar que resultó ser una habitación privada en el altillo de un bar, los 9 que éramos allí flipándolo. Resultó que el dueño del bar era un amante del flamenco y no sólo hablaba castellano, sino también árabe y francés!!!!
Para rematar la noche y disfrutar de un ambiente más animado y espacioso acabamos en un Hub (cadena de pafetos irlandeses donde lo que menos hay son irlandeses), algunos buscamos un rincón donde calentar nuestro trasero, otros hicieron amigos en el apogeo de la borrachera. La noche del 31 de diciembre es la única en la que el metro no cierra, lo cual permitía apearse del burro cuando el cuerpo ya no pudiera más. El amanecer apenas nos sorprendió en Gyotoku. A vosotros aún os faltaban un par de horitas para zamparos las uvas y nosotros ya estábamos en la camita.