¿a Cuenca?, ¿a la mierda?, ¿a la luna?, ¿al infinito y mas allá?

Marché de Noël de Strasbourg à Tokyo

diciembre 14th, 2010 lorco

On se réveille, on se dit que c’est cool d’être au Japon, mais qu’on serait bien mieux avec un bon vin chaud et tout d’un coup…

La magia de las ciudades grandes, de un salto estábamos en una copia pequeña del mercado de navidad de Estraburgo, ni siquiera tuvimos que abandonar el país, ni nos hizo falta usar un avión, un rato de metro y… estábamos en Francia (o algo parecido) y podíamos disfrutar de todos esos detalles que hacen de los mercados de navidad del norte de Francia un sitio donde hay que ir si o si.

Una de las pocas cosas buenas de que haga frío es que se puede disfrutar de un vino caliente con especias, de una flammekueche el olor a canela y clavo y pasear por las casetas buscando un regalo un poco mas original de lo que acostumbramos.

Nada mas llegar nos dimos cuenta que no había muchas casetas, eso solo podía suponer una cosa, habría mucha comida y bebida y poca artesanía que era lo que íbamos buscando, pero tampoco nos quejaremos.

Reno volador

En cuanto pusimos los pies dentro del mercado nos ofrecieron degustación de algo que olía a alcohol puro y daba miedo ver la cantidad que ponían, ni con pipeta de precisión se puede poner menos.

yopispa

Gratte Cul

Pero claro, el nombre, el nombre daba miedito «gratte-cul» (rasca culo) no es el nombre que yo le pondría a una bebida alcohólica de baja graduación, no.

Seguimos avanzando y alli estaban, las elfas

vendiendo navidad

Elfas japonesas, alineadas en perfecta formación dentro de la caseta mientras vendían PAN, si, si, PAN. Es lo que tiene la navidad que a cada uno le da por una cosa.

En cuanto evitamos el canto de sirenas del pan corrimos hacia las camionetas que vendía comida de verdad, esa que quema al acercarse a la boca, achicharra las papilas mientras la masticas y te deja la traquea sin ninguna rugosidad mientras cae hacia el estomago.

Kiche

Nanidad

Así me quede mientras esperaba a que se enfriara y es que no es lo mismo, mola quemarse, que te salga el humo por las orejas y que tengas que hacerle señales a alguien para que te de algo de beber o tener que dar saltos mientras abanicas la boca 🙂

Ya solo nos quedo esperar al concierto de acordeón, malditos pajaritos, y el encendido de las luces para poder volver a casa con esa sensación de navidad que si nos gusta, la del estomago lleno y las manos calientes.

Acordeon

luces1

Si os fijáis poco parece que no hay gente 🙂

luces2

Así es mas fácil, una sin gente.

En un remoto pasado
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