¿a Cuenca?, ¿a la mierda?, ¿a la luna?, ¿al infinito y mas allá?

Caldo de gaijines

enero 28th, 2015 lorco

Este fin de semana nos fuimos a ponernos a remojo, a un onsen, a uno de esos que tienen un baño mixto exterior o 混浴 konyoku

Empezando por el principio, hace muuuuucho, mucho tiempo, cuando llegamos por primera vez a vivir a Japón un albaceteño de cuyo nombre no quiero acordarme visito un hotelito, con rotemburo mixto al norte de Tokio. Desde entonces, Nerea quería visitar el lugar, desde entonces todos los inviernos (es mejor sumergirte a 40 y pico grados cuando fuera estas a menos algo, que a treinta y pico) intenta reservar pero siempre se nos va de las manos.

Postalita

Este año no, allá al principio del mes de diciembre hicimos una reserva, el primer sábado libre que encontramos era  el 24 de Enero, dos meses después, así de petao esta todo en este país.

Para llegar al hotelito, Takaragawa, desde Tokio podéis ir en Shinkansen o pillar un tren normal. Nosotros, debido a que la diferencia de precio era demasiada teniendo en cuenta que SOLO te ahorrabas quince minutos, nos fuimos en tren local. Ahí es na, tres horas de tren para ir, tres horas para volver.

Nos plantamos sin ninguna prisa a las tres de la tarde en el hotel, dejamos la bolsa en la habitación, nos pusimos la yukata y a correr hacia el agua caliente. Eso sí, a las chicas nos permiten (o casi nos obligan) a llevar una especie de gamuza con tirantes horrenda, para salvaguardar nuestros lustrosos cuerpos de las miradas lascivas… Mientras que nadie protege a los muchachos (y no tan muchachos) de los escaneos frontal y dorsal… A penas una toallita ridícula que algunos llevan, he de decir, con un arte digno de la pasarela de Milán. Tendréis que creerme porque Mahal se niega a hacer la moviola para ilustrar mis palabras.
Estos hoteles suelen reservarse con cena y desayuno incluidos, así te llevas la experiencia TOTAL, una pedazo de cena washoku (和食), vamos cena de platos japoneses, en la habitación y desayuno de esos de pescado a la plancha, natto y arroz.

A lo que íbamos, salimos corriendo solo tapados por una capa muy fina de tela (no os liéis, nos referimos a las yukatas), y cual gamo que salta en la sabana perseguido por leonas llegamos a la primera poza de agua ardiendo. En pocas ocasiones en mi vida me he desecho de la ropa con esa rapidez. En menos de dos estaba en pelotas, con una toalla ridícula a la altura de los pelos (es lo que tiene ser calvo) y saltando, con cuidao de no salpicar, dentro del agua.
Cuando pensaba que Nerea tardaría un rato mas me giro y veo sonreír a una morena de pelo rizado que resulto ser la mía. Ole, los dos en el agua hasta las orejas a ver de que iba eso de cocerse a fuego lento.

Dos horas, dos horas después salimos arrugados y calentitos, eran cerca de las seis y media y teníamos cita para la cena a las siete. Nos sobraba tiempo, el frio seguía empujándonos a pensar que eso de mirar el paisaje era de cobardes. A correr para la habitación.

La cena, en serio, pillarla siempre, no hemos podido acabarnos NUNCA una de esas cenas, sopa, guiso, tempura, pescado, parrilla, encurtidos, arroz, fruta… IM PO SI BLE. Tardamos una hora en intentar terminar y media en volver a ser personas.

Un dos splof

Evidentemente después de la cena, a correr, esta vez como paquidermos rellenos, hacia el agua. Una pasada, dos horas y media dentro, nos encontramos con una pareja con ganas de hablar y claro… Allí que nos quedamos dándole, si llegan a tener birras nos sacan de allí al amanecer.

Nos fuimos a la cama con la pena de no haber tenido un poco de nieve, a parte de la ya caída, mientras nos cocíamos. Así nos hizo más ilusión cuando después de desayunar nos cayó una poca en la cocción de la mañana.

Esta roca no estaba fria

Y así, cocidos a cuarenta grados durante media horita más nos volvimos hacia el hogar. Sin duda un lugar para repetir, dicen que es el KONYOKU más grande de Japón y eso se agradece, aunque quizás no el hotel…

Pd.- El acceso al baño es gratuito, así que si estáis por la zona…

El pasillo

enero 16th, 2015 lorco

Los días de frio o lluvia Jamonera se queda en el garaje, esperando que el sol salga y caliente. Esos días debo atravesar un pasillo. No deben ser ni cien metros, pero los tacones resonando hacen que parezcan muchos más.

No se porque, especialmente los viernes, cuando cruzo por ese pasillo desconecto los cascos, abro los oídos y dejo que el ruido me lleve a la oficina.

Es otro momento mas de esos «momentos hormiga» que tiene esta ciudad, de esos en los que las escenas de «Tiempos Modernos» se quedan cortas. Este es de los pocos que me gustan, no se si es el sonido, la luz, que en ese pasillo no hace frio ni llueve, el conjunto de todo ello…

Una de las cosas raras es que ese sonido esta ahí solo AL ENTRAR a currar, a la salida ya hay otro, hay voces, carreras, otros ritmos.

No es el perfecto repiqueteo de los tacones, ese ritmo que te hace andar a la misma velocidad que los demás.

Lo mismo me estoy volviendo un pelín más loco y solo lo oigo yo, son voces de sirena que me llevan a estrellarme contra mi mesa, mi teclado, mi rutina. Yo os las dejo aquí, las veis y me contáis

Nosotros nos ya de vuelta tras una semana a Camboya, que rima con agua en botella, luchando por unas vacaciones de cinco meses pagadas para toda la humanidad, con la ropa de verano de nuevo y peleando contra los mosquitos.

Si alguno lo desea, Dead Keneys…

Je suis Charlie

enero 8th, 2015 lorco

Je-suis-Charlie

Malagon

Khalid Albaih

 
Joep Bertrams