Maratón (parte II)
El despertador suena y me encuentra despierto desde hace 5 minutos, después de apagarlo me arrastro hasta la ventana, llueve, mierda, me voy a mojar.
Buenos días a Mahal y arrastrándome de nuevo a la ducha. Me pienso dos veces eso de usar desodorante, va a dar igual, seguro que no se nota. Al final lo uso.
A por el uniforme, mallas, pantalón corto, camiseta de esas que te hacen parecer una morcilla y el cortavientos. Estamos listos.
La ropa interior resultó ser el único error, los calzoncillos, nada de ir comando, bien. Los calcetines, mierda, me dio por estrenar algo.
El día anterior había comprado un «plástico chubasquero» y una manta de esas de catástrofes, nada de pasar frío antes de salir.
Otro beso a Mahal y para la salida.
Repaso,
- Móvil, check
- Batería, check
- Auriculares y funda anti agua para móvil y batería, doble check
- Barra de cereales, check
- Gel de esos de energía, check
- Dorsal y chip para los pies, check, check
Estaba listo. Pero por si algo malo pasaba, pillé la pasmo y cuatro mil yenes en monedas de 500, así iría haciendo ruido.
En la estación ya me crucé con los primeros corredores, nadie decía nada, todo el mundo miraba para sus adentros, alguna sonrisa si que se nos escapaba.
Llegar a shinjuku y empieza la fiesta, gente con dorsales por todos lados, todo el mundo cambiándose bajo techo, fuera aun caían algunas gotas.
Carteles indicando tu zona de entrada en cada cruce, imposible perderte. Imposible no hacer cola.
A las 8:45 estaba la ropa en el camión que la llevaría a LA META y mi persona intentando hacer de pingüino emperador junto a los otros corredores, cuanto más junticos más calenticos.
Todos mirábamos al cielo, aun gris, aun goteaba. Empezaba a subir la adrenalina, allí íbamos, salía, primero los locos de la silla de ruedas, esos si que corren. Luego los del sprint, después las personas humanas.
Justo a mi lado, un abuelete me mira, sonríe y pregunta, «¿preparado?»
Creo que nunca, le contesto, ¿primera vez para usted?
No, es la sexta.
Recogí mi mandíbula del suelo y salimos juntos, no lo vi durante la carrera, seguro que llego antes que yo 🙂
Los primeros cinco kilómetros bien, muy bien, tanto que me vi al lado de las liebres de 4:30. Me acojoné, eso era ir deprisa, decidí que era mejor bajar de ritmo y seguir sin pensar en ellos, si los volvía a ver cerca ya correría (estuve cerca de ellos hasta el kilómetro 36)
Mientras miraba a derecha e izquierda, mientras veía a la primera persona ponerse a andar(en el kilómetro DOS), mientras buscaba un culo ritmoso para seguir, me planté en shinagawa, ya en el kilómetro 15 e iba a 4 minutos de los de 4:30, bien guille, bien.
Seguimos «subiendo» y ya estaba en Ginza, allí vi a Dani corriendo a mi lado con la cámara, justo a mitad de la maratón.
El mamón me chillaba, «Vas bien, muy bien, no te pares, ¡¡sigue!! Grande, Guille, grande»
Con la sonrisa seguí, sabía que allá por el veintipico tenía a mis dos liebres ilegales y Mahal. Sigue, Guille, sigue.
Esos tres o cuatro kilómetros se hacían largos, no los veía, quizás en la siguiente curva… Sigue, Guille, sigue.
Allí estaban, creo que primero vi a Oskar, luego a Mahal y a Chiqui. Segundo subidón: «Vamos mamones, salid, no esperéis, salid.»
Yo no podía parar, parar hubiera significado tener que volver a empezar y eso cuesta, me cazaron a los tres metros.
Gran alegría, poder correr con ellos el mismo trocito, o casi, que corrimos con Oskar hace unos años, fue una pasada. Me marcaban ritmo, 6:30 por kilómetro. «No apretemos que aun me queda». Risas, más risas y justo cuando más confiados íbamos, les echan mano al cuerpo, «¿y tu dorsal?», Chiqui se hace para un lado para evitar que pillen a Oskar, pero no hay nada que hacer, el tipo los vio a los dos, «¿y el tuyo?», a mí ni me miró. Yo seguí corriendo, no parar. Sigue, Guille, sigue.
Un par de kilómetros después siento una sombra con un gorro gris corriendo a mi lado, ¡era Mahal! Esta vez sí que me paro, le doy dos besos y «Sigue, Guille, sigue.»
Poco a poco, recuerda, 6:30. Aun queda mucho.
En eso iba mi cabeza cuando de repente mis liebres vuelven a mi lado, se habían escapado del controlador, habían seguido 100 metros y corrido como locos para pillarme, los pobres me decían, «tío vas muy rápido, pensábamos que te habíamos pasado» Dos kilómetros más con amigos, ¡perfecto! Justo cuando Ginza asomaba de nuevo dieron media vuelta, un «Gracias, tened cuidado que no os pillen al salir» y un «Sigue, Guille, sigue.»
Un rato después oigo mi nombre, me giro, busco, sonrío y encuentro a Dani y a Pablo, «sigueeeeee» Ahora sí, ya queda nada. Aun no te duele nada, venga, ya estamos allí.
Delante se veían ya esos puentes, las únicas subidas de verdad de toda la maratón, justo al final… «Sigue, Guille, sigue.»
Fue a partir de esas subidas cuando me di cuenta de verdad de que iba a terminar, que era posible. Ahí dejé de apretar, ahora tocaba disfrutar de donde estaba, no parar pero sí que nada de forzar.
Anduve deprisa, troté despacio, iba muerto de sed. Pero avanzaba y los carteles ya no decían los que llevaba si no los que faltaban, menos de CINCO, de CUATRO, de TRES, menos de UNO (no se que pasó con el de dos)
Allá por el kilómetro 40 fue el único susto, un pinchazo en el dedo corazón del pie derecho, no podía ser, estaba AL LADO, salté durante cuatro metros, andé durante diez más y ya no dolía, «Sigue, Guille, sigue.»
La sonrisa iba subiendo a los labios, te sabes cerca, afortunadamente no me fijé mucho en los caídos, dolía mucho verlos. Gente corriendo a tu lado que de repente, sin que pase nada, se desploma, deja de poder mover las piernas, echa las manos a las mismas y se va hacia un lado. Nunca la definición de «tan cerca y tan lejos» cobró tanto sentido.
Yo a lo mío, «Sigue, Guille, sigue.»
Y en eso estaba cuando de repente ves una curva, hay más ruido justo detrás, tiene que ser la meta, ahora sí, quémalo todo. Llegar y ver el cartel de 195 metros es algo comparable con despertarse el día de reyes cuando aun ponía en la lista «el barco de los clics«. Subidón ENORME, adrenalina, adrenalina.
Tenía ganas de abrazarme a todo el mundo, aunque no tenía muchas fuerzas para ello.
Y además… ¿Dónde estaba Mahal? ¿Y esa cerveza de la que tanto habíamos hablado?
Biiiip biiip
-¡¡¡ Noooooooo!!! ¿¡¡¡Ya estas aquí!!!? ¡¡¡Mierda!!! ¿Cómo estás? ¿te duele algo? Lo siento mil!!! hay más gente que en la guerra, nos hacen dar mil vueltas… Joooooooooo
– Tranquila, ahora me tengo que arrastrar, pillar la bolsa de la ropa y salir a la zona de encuentro, llegas de sobra 🙂
Nos vimos en la zona de encuentro, casi una hora después. Y la cerveza aún tuvo que esperar un poco más porque… ¡No venden alcohol en ningún konbini de la Yurikamome! ¡¡¡Señores!!! ¡¡¡Ni en las camionetas de kebabs, ni en Tokyo Sight!!! ¡¡Qué sana es esta gente!!
Pensamientos inconexos
– Me comí la barrita de cereales en 4 veces, un bocado a los 10, otro a los 15, otro a los 25 y el resto al llegar
– Me bebí el GEL DE SUPER ENERGIA en dos veces, la mitad en el 16 y el resto en el 23
– El trocito desde la mitad del maratón hasta que vi a «las liebres» me pareció largo de más.
– Pasé sed los últimos cinco kilómetros, recuerdo beberme dos vasos de isotónica y dos de agua en el último avituallamiento.
– El cartel del público que más gracia me hizo fue el de unas chicas que decía «WE HAVE LUBE» (tenemos lubricante) Si me hubiera puesto en los pies no tendría llagas.
– El miércoles después de la maratón ya podía agacharme sin sentir pinchazos.
– El mejor disfraz… Una caperucita seguida por un lobo, brutales.
– En el mismo sitio que repartían pollo frito y vino en el 2012 este año daban pasteles y Champán.
– No pillé nada de comer de las mesas ni del público, tampoco desayuné.
– Lo único que acabó destrozado fueron mis pies, ampollas es poco, el viernes aun me dolía el dedo gordo del pie izquierdo. Eso sí, durante la carrera, NA DE NA.
– Había gente con dorsales de «corro con una causa», uno decía «KEEP ALWAYS YOUR SMILE, THEY CAME TO SEE YOU» (manten tu sonrisa, han venido a verte) No pude parar de sonreír cada vez que lo recordaba.
Reportaje fotográfico impresionante!!! Y hazaña mucho más impresionante!!!
Un puto crac!
Y la birra de después!!!
Graciaaaa
Q grande!!!! Jeje
La próxima te apuntas??
Campeón es poco, menuda hazaña te marcaste
Quizá dentro de un tiempo lo vea mas así, aun lo veo como una carrera muuu larga con un montón de gente animando
No si es por como lo cuentas pero parece que fuiste sobrao.
Enhorabuena titan!
Lo único que no esta de acuerdo conmigo en que no fue para tanto son mis pies.
Pero insisto en que lo peor es entrenar para ello 🙂
Enhorabuena por la carrera. En estas, lo importante es terminar.
Mil gracias!
Ahora a por otro objetivo
¿Quién ha dicho grande?. Eso es poco. ERES ENORME, GENIAL Y FANTASTICO Y ADEMAS SIN PERDER LA SONRISA. ¡ OLE POR TI, YENNNO !
YA PUEDES SENTIRTE TAN ORGULLOSO COMO LOS DEMAS NOS SENTIMOS POR TI-
Graciaaaaaa!!
A seguir celebrando
Dan ganas de salir corriendo y no parar hasta Tokyo… Yo creo que mi jefe lo entenderá, jaja.
Mola mucho cómo lo cuentas, así, sin perifollos, como quien va a comprar el pan. ¡Enhorabuena!
Vente, vente!
Seguro que tu jefe lo entiende y la experiencia es una pasada!!
Me he acordado de eso de «sólo no puedo…con amigos si» que decían en «La bola de Cristal» Bravo por tí y bravo también por Dani, Oskar y Chiqui y por supuesto: bravo por Nerea suministrando la bebida energética a base de cebada (que, a lo mejor, si se lo cuentas así, en los konbinis de la Yurikamone, empiezan a vender cervezas).
Besos!
Eso, eso!! Energía pura!!!
Lo dije antes y me reitero… ¡eres un monstruo (no de feo, ¿eh?, jeje)! Sin dejar de sonreír en todo momento como debe ser 🙂
¡Y los demás tanto Nerea como Oskar y Chiqui otros genios, jajaja!
Cómo molan las fotos menudo reportaje que te queda de recuerdo. ¿Las fotos «oficiales» de la maratón las has conseguido sin «marcas de agua»? ¡Qué suerte!
Anda, ¡a ver si subes el vídeo que te mandé a tu cuenta de YouTube que mola también cacho!
Sol, gracias por el cumplido (yo soy Dani). No nos conocemos pero un placer 😉
De nada! eso de correr cámara en ristre, es meritorio 😉
Las fotos son «robadas» de su página! Enganche de donde sacarlas sin marca, te lo explico la próxima vez que nos veamos 🙂
Video subido, mil graciaaaa
Es verdad, sales sonriendo en todas las fotos. Que grande!!
Es que me lo pasé muuuu bien! En serio, sin sufrir en ningún momento!
Eso si, luego vi los pies y…
Y menuda satisfacción acabar de esa forma, es saber que tras esos entrenamientos que a veces no había ganas de hacer pero que son vitales para que luego disfrutes de la carrera y su ambiente.
Es una sensación que no se puede describir, aunque con las fotos y el texto que te has marcado, lo has descrito a la perfección 😉
Un abrazo! y salud!
Ahí estamos, salir a entrenar es sin duda lo peor, pero lo único que te permite terminar la carrera 🙂