Una historia de ida y vuelta
Hace muuucho tiempo, una pareja de discretos hobbits emprendieron una aventura que les llevaría más allá de mares insondables, montañas indomables y oscuros caminos llenos de peligros… ¿Cuál era el objetivo de dicha empresa? Seguidnos y lo descubriréis.
Aunque acostumbrados a viajar en compañía de otros, esta vez y por motivos de seguridad, Frodo y Sam, decidieron adentrarse solos en el conocido puerto de Kanaya. Lugar inquietante, donde sufrieron su primer ataque.
Unas gaviotas hambrientas se precipitaron sobre la barcaza en que atravesaban el estrecho de Kurihama pero desaparecieron misteriosamente al llegar el viejuno sabio Garfial , que les indicó el camino a seguir… Camino Moria.
Sin embargo, un tercer compañero se uniría a ellos : Gollum, que para pasar desapercibido iba disfrazado de sufrida turista-reportera. Su posición privilegiada, le permitió fraguarse un rincón en el corazón de Frodo, mientras Sam (pese a su sonrisa, su altura y una curva envidiable) desesperaba por recuperar el cariño de maese Frodo.
Afortunadamente, la naturaleza maligna de Gollum se manifestó a la llegada a las minas de Moria,
tras lo que Frodo sufrió momentos de soledad y culpabilidad.
Pero Sam, fiel compañero, consiguió dar con Frodo a tiempo para llegar al destino del viaje :
a) los budas de Nokoguiriyama.
b) saludar a Sauron, que se veía venir el final del chollo e intentaba disfrazarse de buda.
c) saludar a Galadriel, que les esperaba rodeada de cerezos en flor.
Sin transición, nuestros héroes se encuentran en la cumbre de Nokogiriyama (la montaña de los guiris que no se coscan) es el nombre hobbit de Mordor, y ahí están. Frodo y Sam, Sam y Frodo. Rodeados de fuego y azufre, agotados por el periplo y lo peor de todo… sin cerveza.
Gracias a Galadriel y a su “palo pilla aguiluchos” (quién quiere una linterna mágica), consiguieron un transporte en hora apocalíptica.
(evidentemente pasaron MAS cosas, pero todas quedaron en los álbumes )
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Dormir, dormir, malditos
Hace unos 730 días, relatábamos El gas del metro
Hace unos 1095 días, relatábamos A por los chicles…
Hace unos 1460 días, relatábamos Mientras repasamos las fotos de este viaje
Hace unos 1824 días, relatábamos Reloj de Mao
Y de los ORCOS y el ataque de las Águilas mejor no hablar….
juajuajua…muy bueno! Me he descojonao…y esa última foto Sam…qué mal lo pasamos en el monte del destino con aquellos feroces águilas! :))
gran día!!
aquellAAAAAAs águilas!!!! señor doctorrrrrrrrrrr
Como me gusta que te guste…hehehe
Frodo, pidele a las aguilas que nos den un paseo hasta Vietnam, que tenéis confianza…
Interesante documento e inquietante sitio 😉
No sé qué me ha gustado más, si el relato o las fotos 🙂 ¿No estaba Ella-Laraña por ningún lado? Porque los bichos por esas tierras son de un tamaño más que respetable…
Mira Tsutomu… nos habría encantado encontrarnos con Ella… (sí Kurro, has tenido suerte… no había bichitos octópodos…esta vez)
Historieta guapi!!
Me mola la foto de las figuritas de San Fermin amontonadas.
Jajaja buenisima entrada . Y el lugar me lo apunto para el siglo que vuelva yo a Japón XD.
Juasjuasjuas qué grandes sois 😀
Pero bueno¡.¿onde tan ezas presiosidades y ezos «niños»abandonaos por el suelo a zu zuerte?¡Anda que no sé yo de uno que habría «limpiado» algúno de ezos angelitos (y alguna, que tó hay que decirlo)!
Las fotoz zon de lareportera más chula! Guapo artículo, Nere.
Hola, chicos. Qué bien os lo pasáis, mamones.
Ma molao la entrada y las fotos, asi da gusto!!!
No estais mas locos porque solo ejerceis de vez en cuando.Yo creia que solo habia dos LOCOS y resulta que hay tres
Gracias a los de siempre y a los que os hacéis de rogar para comentar, siempre anima saber que seguís nuestras chorradas y aventuras varias. Besakos, y pronto…. Vietnam.