¿a Cuenca?, ¿a la mierda?, ¿a la luna?, ¿al infinito y mas allá?

Volviendo a casa

No nos íbamos a ir así como así, Filipinas es y sera para nosotros siempre el país de la sonrisa, de la mirada curiosa y de la gente dispuesta a compartir todo lo que tienen. Algunos dirán que fuimos afortunados, que conocimos a la gente que era así, que no todos lo son. Nosotros preferimos pensar que nos quedamos en lo bueno, que olvidamos lo malo.

cartel Aeropuerto I

cartel Aeropuerto II

Que cosas malas, haberlas haylas, pero tan solo recordamos las que fueron divertidas. A la memoria de Chiqui que vivió un par de ellas aquí van.
 
En una tienda de informática, luchando contra los dependientes.

Chiqui             => ¿Tiene usted cargadores de portátil?
Dependienta => No, sir, no tenemos, sir.
Chiqui             => Ahí veo uno, ¿me lo puede dar?
Dependienta=> Lo siento sir, aquí tiene sir.
Chiqui            => ¿Tienen ustedes mas? (menuda pregunta)
Dependienta=> No sir, lo siento sir, no tenemos mas (como si realmente tuviera idea)

 
Otra tienda, alimentación, buscando un producto especifico.

Guillermo  => Mierda, no lo encuentro.
Chiqui        => Pregunta
Guillermo, Nerea, Flo (todos residentes en Filipinas en algún momento) => JAJAJAJAJAJA
Guillermo => Venga va, vamos a intentarlo
(tres dependientes, dos pasillos y 5 minutos después vuelvo a preguntarle a un cuarto)
Guillermo => ¿Perdone, «producto» tienen?
Dependiente => Si sir, justo aquí.
(Milagrooooo tan solo cuatro dependientes para encontrar algo)

 
Cafetería, el gran problema del cortado, nos paso en TODAS las cafeterías

Chiqui             => ¿tienen café con leche?
Dependiente => No sir, lo siento sir.
Chiqui             =>¿Pero tienen café?
Dependiente => Si sir
Chiqui             => ¿Y leche?
Dependiente => Si sir
Chiqui             => Pues pongame un café y una leche que ya me haré yo el cortado

 

Y así mil y una vez, ningún bar quería ponernos un Calamasi-ron, pero todos servían las dos cosas por separado, en todos conseguimos que nos los pusieran juntos 🙂
Con paciencia, buena voluntad y un poco de mano izquierda cualquier cosa es posible. Ademas seguro que os vais con la anécdota que a veces vale mas que la historia.

 

 

En un remoto pasado
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20 Comentarios a 'Volviendo a casa'

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  1. Chiqui dice:

    Totalmente…no tienen maldad…pero parece que se ríen de tí…pero lo que pasa es que no se rayan ni tienen prisa

    Y me trajo el café por un lado y la leche por otro…con dos cojones! 🙂

    • Sol dice:

      Es Suiza me pasó lo mismo, pero con un café con hielo; tras varios «nain, nain, nain», le dijimos que trajese un vaso con café y otro con hielo, que yo me encargaba. El tipo se quedó a ver qué hacía yo con todo eso y al verlo soltó un «aaaaah!». Lo mejor fue que al día siguiente, en el mismo local, se anunciaba como nevedad veraniega «café con hielo!».

    • lorco dice:

      El rollo es no perder la sonrisa y hacer uso de todos los recursos posibles 🙂 TODOS

  2. Joel dice:

    Jajajajaja. Joder, y yo que me quejaba que los canarios tenían pachorra. No me jodas. Aaaaay, que placer vivir a ESE RITMO. Envidia sana.

  3. adela garcia dice:

    ¡que majos son los pinois! Y como vosotros decís, lo que más valen son las sonrisas y su amabilidad, pese a no ser muy despiertos. Su buena voluntad lo suple todo.¡Ay, que buenos recuerdos de Filipinas!

    ARRIBA LORCA, ESTAMOS CONTIGO.

  4. Pablo dice:

    El otro día fui a una barbería regentada por filipinos, y me acordé de vosotros 🙂 Era una señora y su hijo pequeño, el cual sin duda debía pasar su vida entre el colegio y la barbería, porque estaba aburrido como una ostra el pobre. Así, como medida desesperada para reclamar atención, comenzó a tomar la costumbre de abrir la puerta de la barbería y escaparse a la calle para forzar a que alguien le siguiera.

    Al principio, uno de los clientes (o tal vez un familiar de la señora que andaba por ahí) se tomaba el trabajo de irle a buscar, jugar con él etc, pero cuando se marchó y me tocó al fin mi turno, la barbería estaba vacía excepto por la señora, su hijo y yo.

    Y bueno, evidentemente al pequeño demonio se le ocurrió volver a escaparse.

    La señora quedó mirando a la puerta en suspenso, escindida entre el deber de madre de ir a por él y el deber «empresarial» de cortarme a mí el pelo. Me lanzó una mirada llena de súplica.

    – Vaya, vaya, no se preocupe. -la animé.

    Total, que ahí iba la madre. Yo mientras esperaba mirando al techo, con el pelo a medio cortar. Entra otra nueva pareja de filipinos.

    – ¿Sabe donde está…?
    – Sí, sí, espere que ha ido un momento… ahora vuelve.

    Iba a decir «Ha ido un momento a perseguir a su hijo que se ha escapado», pero no me pareció apropiado. Total, que allí llega la señora con el hijo delante, llorando como una magdalena. (Y el culo probablemente un poco más caliente) Mientras me corta el pelo, lanza improperios contra él, de los cuales evidentemente no entiendo una palabra. Luego, alterna cortarme el pelo con calentarle un biberón en el microondas (¡el crío tendría sus buenos cinco años!).

    Un show. Fue como que te cortaran el pelo en medio de una película de Fellini 🙂 Total, que ya he decidido que ese va a ser mi barbería oficial a partir de ahora. Mañana os cuento el «fresco humano» que me encuentro esta tarde, que ya tengo una melena considerable, jaja.

    • lorco dice:

      JAJAJAJAJAJAJAJA!!!

      sin ningún problema te dejo a cargo de la barbería, toma ya!!
      La próxima vez sientas al cliente en la silla y le vas preguntando que como lo quiere 🙂

  5. Pau dice:

    Qué grandes jejeje

  6. Xavi_kun dice:

    jajaja, con lo del cortado y el cubata me he partido de risa!!!

  7. Sisa dice:

    qué libres sois!
    Un besazo

  8. Roberto dice:

    Que risa!!

    Lo del cubata me ha pasado aquí en Australia, pero con Martini.

    Me pido un Martini y me dicen si con Ron o Vodka.
    Yo le digo que solo, me mira raro y me pregunta: Con ron o vodka?
    Yo les digo que no lo entienden, «que solo!».
    Y por supuesto que dicen que tienen que ser con vodka o ron.
    Entonces yo le señalo la botella de Martini y le señalo el vaso con hielo y le digo: «Can you serve this in the glass?» Y pone el Martini en el vaso.
    Ya pensaba que habia ganado y me pregunta, «Now you want Rum or Vodka?»
    Al final me lo termine tomando con ron. Era eso o saltar por encima de la barra y pegarle una hostia.

    Así que vosotros lo hicisteis mejor que yo al conseguir vuestro cortado y el cubata. Yo aun no he conseguido un cortado en Australia. Ya lo he dejado por perdido.

    • lorco dice:

      JAJAJAJAJA,
      Nada como romperle el molde a alguien!! al final o luchas como un loco o no hay tu tía, te acabas tomando el martini con Rom o con Vodka 🙂

  9. Josune dice:

    Anda que no me he reido con las historias… (lo del cortado es cuando menos curioso, solo se toma por aqui o que?).
    Sobre lo de la velocidad a la que hacen las cosas, me encantaria poder ser como ellos, relajados pero constantes, y no una atacada de la vida como soy ahora…
    Un saludo,

    • lorco dice:

      Allí desconocían totalmente lo que era un cortado, también es mala suerte.

      La manera esa de vivir despacio sigo pensando que es un poco mas sana, al menos ellos siempre sonríen y eso ya es un algo, no??