No hay palabras para explicaros donde estuve el viernes pasado. Empecemos por el principio.
El viernes Nerea no se encontraba bien y decidió quedarse en casa, yo presa de un ataque decidí salir, pero claro, necesitábamos un plan. Un algo que hacer y no simplemente salir por salir.
Lanzamos una búsqueda de plan y nos encontramos con una «noche flamenca», bueno, no podría ser tan malo, ¿verdad?
La verdad es que malo no fue, pero sorprendente… Madre mía tendré pesadillas durante un tiempo.
El lugar se llama Casa Artista, esta en Shin-Okubo, pleno barrio coreano. Esta regentado por una familia Japonesa que son unos apasionados del flamenco. Entre los cinco sirven, cocinan, cantan y bailan. A mi me recordó ENORMEMENTE a los programas de «buscando una estrella» de los niños y aunque ahora mismo no tengo vídeo disponible os dejo un enlace donde podeis ver uno
El niño baila, el padre toca la guitarra, la madre canta y el hermano mayor acompaña a las palmas. Yo no he podido cerrar los ojos desde el viernes, cuando lo hago vuelven a mi mente imágenes increíbles, como las patillas del padre.
Mientras espero conseguir las fotos de tan PRECIADA velada os dejo una foto del menú, en el cual se puede ver un cómic y las «patillas» del citado caballero.
La comida no puedo juzgarla porque no comí, pero el vino, no se os ocurra pedir TINTO, era peleón, peleón. En cambio el blanco no era malo del todo, fresquito estaba hasta bueno, o quizás fue el hecho de compararlo con el blanco lo que le hizo parecer mejor…
Recordar, Casa Artista el lugar donde ir si un viernes por la noche no teneis plan y decidis echar unas risas.
Una de las cosas que aprendí, y aún me se, de las clases de japones es a presentarme «correctamente». Y para que no os pase al llegar aquí os explico como ha de realizarse.
Primero y principal, tener una tarjeta de visita.
Traje y corbata.
Sujetando la tarjeta con las dos manos la entregamos al nuestro interlocutor, un gran ENCANTADO de conocerte, seguido de Empresa, puesto ocupado y nombre se imponen.
Le pedimos que por favor sea amable con nosotros.
Es importante que la tarjeta de visita este mirando hacia el interlocutor para que le resulta fácil poder leerla.
Como podeis ver en la mía yo casi no salgo, hay un LOGO enorme de la empresa, el puesto que ocupo y debajo, en pequeño mi nombre en Katakana y en romangi. Yo estaba acostumbrado a las tarjetas europeas donde prima el nombre de la persona sobre lo que es o donde trabaja, pero claro, aquí todo va al revés.
Al parecer es todo un ritual y debes tener cuidado con donde, como y cuando la das, siguiendo todo un orden que yo desconozco y estoy seguro terminaré confundiendo para sonrojo de alguno, espero que no el mio. BONUS, mañana ponemos un vídeo con los diálogos en JAPONES y en Español, tengo ganas de que os riáis un jueves de nosotros.
En serio, no tengo nada contra ellas. Siempre y cuando respeten a las personas como tales me da igual en lo que crean. Maradona, ser jedis, Chuck Norris, el papa, Alá, Jehová, en serio, ME DA IGUAL.
Lo que me jode MUCHÍSIMO es que desde que pusimos nuestros nombre en el buzón ya van tres grupos de testigos de Jehová que vienen a darnos la brasa.
No es el primer país, en Francia ya nos pasaba una barbaridad. Ven un nombre hispano y se dicen, aquí hay tema. Fijo que pillo a uno. Y eah, a llamar al timbre a darnos la brasa.
Que yo no voy a casa de nadie contándole lo que creo, que yo no me dedico a salvar «almas perdidas» ¿por que lo hacen ellos?
Lo peor, lo que realmente odio, es que suelen pasar los sábados por la mañana, cuando estamos durmiendo, cuando están seguros de pillarnos en casa. El sábado pasado no abrí, ni lo intenté. Vi dos mujeres en la puerta sosteniendo libritos y un bolso y me dije, mierda han vuelto. Pero ayer por la tarde si abrí, quería estar seguro de que entendían «MI MENSAJE». La verdad fue cortito, pero aquí va…
-Ding Dong…
-(mierda estoy to tirao en el sillón y alguien llama) Miro por nuestro magnifico telepuerta con cámara y veo a un chico y una chica, a ver, a ver…
-(salgo y abro la puerta, OSTIA QUE FRÍO) Kombawa!
-Kombawa, ¿habla usted español?
-Si, seguro, ¿en que puedo ayudarles?
-Somos testigos de Jehová y queríamos hacerle entrega de unos libros que quizás usted conoce. (Y el tipo me suelta dos libritos)
-(los pillo, los miro)Mire, muchas gracias pero no me interesa (le devuelvo sus libros) mejor déselos a algún otro que le hagan más falta. ¡Hasta luego!
-Oh, si, gracias, adiós, adiós.
Cinco minutos de frío horrible, a ver si vale para que la próxima visita tarde por lo menos un par de meses. Si no me temo que los siguientes se van a ver sometidos a una versión MUCHO mas corta. Sera directamente desde el telepuerta/interfono que oirán la voz de mi DIOS (que soy yo mismo o mi Nerea dependiendo del día) que les dice, menos amablemente, que se piren y no vuelvan o les mando al mismísimo Satán a que les queme los jodios papelillos esos que dan.
La otra posibilidad es poner en el buzón que me llamo Oman Youssef Haliff, pero no me llegarían las cartas y sospecho que aun así lo intentarían al menos una vez.
Presa de un ataque de falta de imaginación y acuciado por una resaca producida por cuatro cervezas hoy os dejamos tan solo un enlace, una posible compra y una tradición ancestral todo en uno.
Para que luego no digáis que no somos mejor que un huevo kinder.
El Nyotaimori (女体盛り), o Body Sushi (para ellos) y nantaimori (男体盛り) para ellas, aunque no necesariamente…
Preguntaban algunos andestaba el vídeo de la campanadas… No es cosa fácil disfrutar del Año Nuevo debidamente, ocuparse de las visitas, poner los post a tiempo… Pero tarde mal y pronto, akí tenemos las campanadas del 2009, tachán!!!!!
Tres días antes de la fecha, nos reunimos con Carlos para discutir lo que se podía hacer y tal. Desde aquí nuestro eterno agradecimiento a Carlos por lo bien que organizó todo, la elección del lugar, y el trabajo de guía incansable en la ronda de bares por Golden Gay. Eres un caballero. El lugar elegido para la cena fue el Criston. Un restaurante decorado como una iglesia, con sus angelotes, sus sotanas antiguas en vitrinas y olor a incienso… No faltaba un detalle, sobraban pecadores y los camareros en lugar de ir de monaguillos iban cada cual a su estilo: algunas cosplay, otras de kimono, los más raritos de champiñón o banana… Ver vídeo.
Dimos la bienvenida al 2009 con gominolas y a contrarreloj, es que los japoneses hacen una cuenta atrás a partir de 10 mucho más celérica que nuestras tradicionales campanadas. Para muestra el vídeo mismamente.
Al lado del restaurante había un templo y allí que nos fuimos a ver como era eso de las 108 campanadas y los rezos y deseos para el año nuevo… La foto de grupo es lo que queda del intento, una cola kilométrica y un frío dl carajo nos disuadieron de una espera que habría acabado con el subidón obtenido gracias al nomijdai (barra libre de dos horas) del que salíamos.
Como tampoco era plan de irnos para casa, Carlos propuso un tour por el Golden Gay y sus callejuelas y bares minúsculos que fue secundado por unanimidad. De este modo acabamos en un mini antro flamenco fumando puros de chocolate (de los que se venden en los estancos, que no se engañe nadie, no hubo tanta suerte) y escuchando música de la tierra. Después de un par de copichuelas, cambiamos a un bar que resultó ser una habitación privada en el altillo de un bar, los 9 que éramos allí flipándolo. Resultó que el dueño del bar era un amante del flamenco y no sólo hablaba castellano, sino también árabe y francés!!!!
Para rematar la noche y disfrutar de un ambiente más animado y espacioso acabamos en un Hub (cadena de pafetos irlandeses donde lo que menos hay son irlandeses), algunos buscamos un rincón donde calentar nuestro trasero, otros hicieron amigos en el apogeo de la borrachera. La noche del 31 de diciembre es la única en la que el metro no cierra, lo cual permitía apearse del burro cuando el cuerpo ya no pudiera más. El amanecer apenas nos sorprendió en Gyotoku. A vosotros aún os faltaban un par de horitas para zamparos las uvas y nosotros ya estábamos en la camita.
Una de las sorpresas que me lleve la semana pasada es que no iba a trabajar el 31 ni el 2. Yo encantado, la verdad es que me gusta eso de no trabajar. Y haciendo cálculos me di cuenta que esta semana solo trabajaría dos días, si soy un hacha de las matemáticas.
Lo tuve que ser el único porque ya el viernes por la tarde noté que me estrujaban mucho menos en el metro, tan soy un gran observador. Y me dije que lo mismo esta semana iba a ser agradable eso de coger el metro.
Esta mañana casi me vuelvo a casa pensando que era domingo al llegar a la estación. NADIE. No había nadie.
El metro que suelo coger, siempre a las 8.03, tenia hasta sitios libres para sentarse, algo que no había visto en cuatro meses. Por desgracia he mirado el reloj y ponía que era lunes, o sea que de volver a casa, nada.
Al parecer todo se debe a que el cambio de año es una fiesta familiar en Japón y todo el mundo intenta volver a casa para esos días. Y más de la mitad de mis «compañeros» de metro me han abandonado hoy. Como poder resistirse a tener nueve días de vacaciones con tan solo dos. Una tentación enorme.
La verdad es que era hasta agradable venir hoy al curro, sin empujones, sin pisotones, sin tanta gente…
A ver que tal la vuelta a casa.
(Las fotos nos son mías pero deberían valer para haceros una idea)
La verdad es que hace muchos años que no pasamos una navidad en casa, pero siempre hemos tenido la suerte de tener amigos cerca para hacernos sentir un poco menos lejos. Este año mi hermana, Rodrigo y Miguel Ángel serán los encargados de darles a nuestra navidad un ambiente cálido y familiar.
Lo único «imperfecto» del asunto es que aquí se trabaja hoy, mañana y pasado. Vamos que no tienen ningún día festivo. Japón no es un país católico con lo cual para ellos la navidad no parece ser más que un «evento» comercial como Hallowen es para nosotros. Eso dicen, pero los villancicos y los adornos están ahí desde principios de noviembre. Que mucho shinto, mucho budista, pero TELA la que montan por la navidad.
Nuestros planes para hoy son sencillos, recoger al tercer mosquetero en el aeropuerto, llevarlo a casa y dejarlo descansar. Salir a cenar, donde, como y cuando sea. Aunque al parecer hoy muchas parejas salen a cenar (ahora os explico) y si después de la cena aun tenemos fuerzas COPAS hasta el ultimo metro. Momento en el cual volveremos corriendo para casa.
Como decía un poco más arriba los japoneses han transformado la navidad en algo comercial, pero no solo eso, «noche de paz, noche de amor» se ha convertido en «noche de amor» y las parejas se dan cita hoy para cenar y visitar su hotel del amor preferido.
Con lo cual me temo que encontraremos muchas parejas jóvenes prometiéndose amor eterno, al parecer trae buena suerte hacerlo esta noche, y caras mirando el reloj para salir corriendo hacia la reserva del hotel. Esperemos no perder el último metro…
Y claro, como hoy es el cumpleaños del Jesús ese pues tienen una tarta, si, si, tarta de navidad, bizcocho, fresas y nata…
El 23 de diciembre es el cumpleaños del emperador Akihito. El día del cumpleaños del Emperador es siempre una fiesta nacional. Si el Emperador cambia, también lo hace la fiesta nacional que conmemora su cumpleaños. Wikipedia Ingles
Si es que en el fondo todo son buenas razones para tener un par de dias de fiesta. Mucho más importante aun si ademas es uno de los pocos, creo que son tres, días que el palacio imperial se abre al publico. Hoy todo Tokio estará visitando el jodío palacio osea que nosotros, turistas inteligentes donde los haya nos piramos a Asakusa, que estará IGUAL o mas lleno.
Nuestros primeros «turistas» oficiales se están aclimatando poco a poco a la comodidad del FUTÓN y cada mañana nos cuesta un poco más sacarlos de él.
Las clases de los miércoles se desarrollan en el Centro Social de Ichikawa, son completamente gratuitas y allí nos damos cita gentes de todos los rincones de Asia, y algún occidental perdido como una servidora. Llevo yendo desde octubre y cada semana se ha ido añadiendo alguien. Cuando llegué, había solo 2 alumnos:
Omamokba de Myanmar: tiene mi edad, pero parece una niña de 10 años… es muy dulce y siempre lleva una diadema con un lacito en el pelo. Trabaja a destajo y en su día libre viene a clase.
Mario,un señor francés de unos 50 tacos pero muy bribón, esta casado con una japonesa y vive aquí desde ni se sabe, pero dice que es un negao para aprender idiomas, como buen gabacho.
Conmigo llego KC, que es nepali y ademas la benjamina del grupo. Tiene una brusquedad casi infantil (te arranca la goma de la mano como un crío en una guardería)y es también muy buena gente. Hace poco trajo a una amiga suya que sale en la foto pero cuyo nombre no consigo recordar. Las dos hablan en nepali y se parten el ojete mientras nosotros flipamos de incomprensión.
Y después llegaron Fan y Rin. Rin es filipina entre los 30 y 40 o así,y es en realidad Yamamoto san! Eso significa que esta casada con un japo, y es la mas aplicada de todos, va a clase a 14 sitios distintos y me dice cada mañana Magandang ga umaga! (qué ilu!!!)
Y por ultimo Fan, mi favorita. Es de Tailandia, fue la ultima en llegar y la pobre todavía no sabe leer japonés, pero todos los días se lanza a preguntar cosas y hace miles de gestos para hacerse entender. Ella también es del clan de las esposas de japoneses raritos, y es que parece ser que aquí pasa al revés que en Filipinas, son los japos cincuentones ya algo viejunos los que se casan con mujeres relativamente jóvenes de países asiáticos en situación económica inestable, por decirlo de alguna manera.
Es curioso estar al otro lado del espectro. Media vida enseñando idiomas y ahora eres tu misma la que no entiende, la que no hace la tarea, la que no contesta por miedo a equivocarse… aunque lo peor es que me sale la vena de profe y me pongo a explicar lo poco que entiendo a los que no lo pillan mientras Mari(la profe) esta ocupada. Ya veis, hace 3 años era yo la profe de francés en una asociación en Burdeos, y hoy soy la alumna.. voy a tener que acostumbrarme!!!!
Después de 2 meses de clase, por fin llevé la cámara para tener una foto del grupo. De izquierda a derecha y de abajo arriba: Omamokba, KC y su amiga, Mario y Fan. Falta Rin que llego mas tarde.
Como todos trabajan un huevo no podemos quedar nunca, ademas cuando intentamos hablar entre nosotros con nuestro japonés adulterado y esos acentos que tenemos… es como un congreso de maestros Yodas borrachos. Pese a todo y como tenemos ganas de echar unos copazos aunque no nos entendamos, ya tenemos cita en la cumbre el año que viene!!!
?Qué es un padawan sin su maestro?
Marichan es nuestra Qi Gon Li, nuestra Yoda y nuestro Obi wan Kenobi. Todo en uno.
Organiza las clases y las actividades periféricas, las fiestas y las entrevistas a nuevos alumnos. Y aunque nos haga siempre esperar e interrumpa la clase ochenta veces para atender a quien sea, da gusto charlar con ella y te partes el ojayo (este palabro es de FERPI que lo sepáis, pero no puedo remediarlo, me mola mazo como queda) con ella, tiene unos golpes la tía…
Como ya os lo imagináis, soy un poco agonía, solo dos horas de clase no son suficientes. Así que después de clase como con Mari y con las otras profes porque después de comer doy clase particular con Ogata (Kikuko es su nombre de pila y dice que en España tol mundo la llama Kiko como al del Atleti). Lleva años estudiando español aquí en Japón y ha visitado Málaga varias veces. Es adorable, divertida, me ayuda en todo lo que puede y más, tiene una paciencia de santo y ademas tol arte, no por na, sino porque baila flamenco la colega!! Ya veréis… yo estoy deseando marcarme unas sevillanitas con ella.
Quiero terminar el post agradeciendo a toda esta peña su esfuerzo, paciencia y el no importarle echar todo el día por la cara (esta gente no cobra RES de RES) para ayudar a estos pobres padawans perdidos en el país del sol naciente… Lo vuestro no tiene precio.
Una de las cosas que me gustan de japón, y supongo que a mucha gente, es todo aquello relacionado con la cultura de los samuráis.
Espadas, armaduras, honor, venganza, bushido… LA LECHE!
Soñar con convertirse en uno es fácil, llegar a serlo un poco menos. Pero el otro día descubrí la manera de ser un poco mas samurái interiormente.
Una compañía japonesa de ropa interior a diseñado unos calzoncillos que harán que os sintáis mas cerca de ser un samurái, pero tengáis los bolsillos algo mas vacíos.
Cerca de 9000 yenes…
La verdad es que no creo que yo termine comprando nada de esto, consumista pero no tanto. Me conformare con una espada de plástico, una cinta en el «pelo» y correr por la calle gritando WAKOSIIIIIIIIIIII.