Desde hace un par de meses estamos disfrutando de gentes que vienen a vernos, o que nos usan como excusa para poder visitar Tokio. Nosotros encantados, nos hacen SALIR mas, si es posible. Y buscar cosas que hacer que sino no intentaríamos.
Y claro, así acabamos en festivales de Taikos y demás. Ademas ahora son los meses en los que MAS cosas hay por todos lados, le da uno una patada a una piedra y aparecen dos matsuris (festivales) a los que queremos ir.
Sedientos de actividades culturales y lúdico festivas nos disponemos a «hincharnos» en estas semanas que se aproximan. Ademas tendremos «más visitas».
De todas las posibilidades hay uno que me llama particularmente la atención, y que seguro esta HASTA más ARRIBA. A ver si podemos meter una patita, este sábado, Asakusa Yabusame. Ademas matamos dos pájaros de un tiro, hacemos Asakusa y vemos un matsuri con todo lo que ello conlleva, gentes, gentes, gentes, gentes…
Asakusa Yabusame día 18
Sou-kei Regatta on Sumida River día 19
A ver si lo conseguimos. Por cierto Oskar ha puesto ya las fotos del festival de Taikos, yo me las deje en casa hoy..
Para todos aquellos que no sepáis lo que es un Taiko, tranquilos yo no tenia ni idea, os diré que es un tambor como el de Manolo, pero en MAS GRANDE y como no, un pequeño enlace a la fuente del saber.
Pues este sábado, aburridos como estábamos, decidimos que nos íbamos con Oskar, Pau y Vero y Neki (al que yo llamare Iñigo siempre que me acuerde) a ver el espectáculo este.
Lo primero que nos sorprendió A TODOS fue Narita, ninguno esperaba una ciudad que tuviera algo de encanto, todos esperábamos una ciudad dormitorio cerca del aeropuerto y ya solo la ciudad merece la pena el viaje.
Lo segundo, como aporreaban los tambores, que sincronización. Madre mía…
Os dejo un ejemplo de lo que vimos y mañana FOTOS, FOTOS!!
Durante este fin de semana nos hemos pasado TODO el tiempo que hemos podido disfrutando de las flores de cerezo, y de lo que es una tradición aquí que es HANA-MI (FLOR VER), aunque como ya dijimos anteriormente a mi me sigue pareciendo un macro botellón, ¿¿o no??
Para poder apreciar el fenómeno hemos estado en seis sitios diferentes y cada uno tenia algo diferente, en lo único en lo que coincidían era en la CANTIDAD de gente y flores.
Los sitios elegidos fueron Shiba Koen, Aoyama Reinen Reien (Gracias Nora), Shinjuku Gyoen, el Palacio imperial, Yasukuni Jinja y Matsudoo.
Como no tengo palabras para describiros TODO, os dejo un par de fotos aquí y MUCHAS más en la galería.
El sábado llegando a la estación de Shibuya, a horas en las que no deberíamos estar por allí, nos encontramos con un concierto improvisado de Shamisen, si, si, la cosa esa de tres cuerdas que ya oímos en el museo de Fukagawa.
Esta vez no tenia nada de tradicional, no se si fue la emoción del momento, la cantidad de copas ingeridas, el hecho de saber que hasta las cinco no podríamos NI PENSAR en volver a casa, luego os contaremos el como y el porque, pero lo grabamos en vídeo…
La verdad nos dejo sorprendidos, hasta nos dio una tarjeta de visita, si, si, de esas que vosotros ya sabéis dar, un MEISHI. Pero el suyo es ademas una pegatina, y contiene su direccion de pagina web. Eso si, toda llena de pulpitos.
Ayer en un ataque de «esto lo tengo que terminar» Nerea se puso a pelearse con las fotos que teníamos de Kamakura y de otras visitas, después de darles un par de pinceladas, añadir un par de colores y recuadrar algunas este es el resultado.
Un bolso con accesorios…
Varias al rededor del Buda, si, si, ese BUDA ENORME que hay en Kamakura
En la misma esquina, justo a la entrada del tempo nos encontramos con una señal de que hay crisis en Japón
Y otra de que no hay
Después de esto, un poco de naturaleza para tranquilizaros, y sabéis que la música y las plantas, aunque sean de plástico, ayudan.
Ya solo nos quedan DOS de Kamakura, de la parte mas intimista, siempre jugando con velas.
Y claro esta, las dos de propina, esas que no fueron hechas en Kamakura pero que queríamos presentaros, mas que nada porque demuestran que no todos los arboles son iguales. Y que aunque mi imaginación sobrepase muchos días lo que una persona considera normal, a veces me falta, ¿¿podríais decirme vosotros para que es ese respiradero??
Recordemos hace dos semanas, cuando Shigeko nos llevo a ver el Museo Fukagawa, aquel barrio de pescadores interactivo… esta maquina del tiempo con opción interactiva nos permitió meter las narices en hogares, posadas y talleres.Ya sabéis lo que le mola a Guillermo lo del mono azul, así que se fue derechito a la primera maquina que vio, en este caso un moledor de trigo o una aplastadora de grano, seguro que alguien da con el nombre adecuado.
Por si la interactividad no fuera suficiente para tener entretenido al personal, el Fukagawa también ofrece conciertos de sanshin. Lo comentamos antes pero no con imágenes, aqui van.
Para acabar la visita, puedes pasearte por una exposición de carteles. En el siglo XIX no se hacían posters para anunciar productos, se utilizaba tela y se imprimían los motivos en ella. Luego se colgaba frente al establecimiento en cuestión para llamar la atención del publico y listo.
Desgraciadamente he perdido el nombre de esta técnica. Para compensar aquí tenéis una colección de fotos de los carteles que más me gustaron. Que los disfrutéis.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos “estábamos de excursión paterna/materna”
Hace unos 730 días, relatábamos japon
Apenas habíamos comenzado la excursión y yo ya estaba rajando: Mahal t’a comío mi sanwi y er tuyo no me gutta… Mahal, no sabemo ni a donde carajo vamo… Así que presa del pánico, Guillermo buscaba soluciones… ¡Un parque! En un parque hay plantitas, cosas de japos, templos, alguna fuente… Ese parque tenía todo eso, en una medida mediocre pero lo tenía. Aunque lo que me moló, fue un árbol cargaíto de palomos.
Estaba to pelao, ni una hoja sikiera, sólo palomos, ratas voladoras, una buena docenita. El efecto visual es el de frutas que en lugar de caer al madurar, echaran a volar.
Que no se asuste nadie, no estoy mirando anillos de pedida…
Oups, a veces se me olvida que ya es tarde para eso, jajejijoju!! Ya conocéis esas fotos de alguien sacando una foto a su vez, ¿verdad? Pues esta es una especialmente divertida. Como indican los motivos del cartel, se trataba de una tienda de joyas que exponía collares de perlas negras y otros artículos … No pude evitar pensar en mi amado suegro y su querencia por la pedrería y derivados, así que saqué una fotillo e intenté quedarme con los precios para que se vaya preparando…
El sniper que estaba al acecho, disparó justo en ese momento, antes de que saliera de la tienda un chico con más cara de chino que de japonés para decirme seria pero amablemente que las fotos no estaban permitidas. En ningún momento pretendió que borrase la foto ni nada, sólo me pedía que no hiciera más. No es la primera vez que me llaman la atención por esto, y de momento nunca me la han llamado de manera desagradable… es una razón para disparar a cualquier cosa o en cualquier situación (Yakuza a parte).
Pero volviendo a la foto, ahí está la tonta, con la cabeza metida en los diamantes.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos “estábamos de excursión paterna/materna”
Hace unos 730 días, relatábamos japon
No pienso contar nada de lo que hicimos en nuestro periplo sin fin porque eso os lo vamos a dar con cuentagotas, chatos y chatas. Sólo sé que los pies me están matando, que sólo han sido 4 horitas de nada y que antes de esta tarde no tenía ni zorra de donde está Jinbocho. De hecho reto a que alguien me diga lo que sea de esa zona, porque haber lo que se dice haber, hay un puñao de cosas: sorprendentes, curiosas, normalicas, culturales, modernas, hechas polvo… En fin, que para todos los gustos. Un sólo dato, el dato por el que nunca voy a olvidar la calle de Suzura, recta final de nuestro peregrinaje: GARAMs… el sabor de un buen cigarrillo de clavo, Indonesia pura. La cara que se le ha quedao a la del estanco cuando he dicho que me llevaba un cartón entero ha sido pa coger y sacarnos una foto a las dos, ¡no sé quien era más feliz!
I’ll be back, como dijeron MacArthur, Terminator I, II y III, etc…
Para quien no sepa lo que son los GARAM, es una marca de cigarrillos indonesios, la más conocida. A este tipo de tabaco lo llaman KRETEK (tabaco, especias y clavo, mucho clavo) y es una delicia, da gusto fumarte uno, porque te huele el salón a canela y clavo.
Lorco dixit=> Ni más ni menos que ese pedazo de regalo, todo un cartón de KRETEK sin que ninguno de los dos tuviera nada planeado. La cara de la señora era un poema, cierto, pero la cara de felicidad de Nerea no tenia precio, para el resto, ya sabéis, LA TARJETA DE PAPA.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos “estábamos de excursión paterna/materna”
Hace unos 730 días, relatábamos “Nos ibamos a Japon”
Zu vai a come la patilla mamoneeeee (Berto sé que seras el primero en identificar esta frase con su protagonista y espacio televisivo, este titulo va por ti)
¿Quién es ese tipo con aire de Curro Jiménez? ¿Qué son esas sombras a la altura de la quijada? Esta mañana alguien se ha levanto con la vena artística, no se si porque hace poco se tuvo que tragar a los de la chirigota del Tijeritas o porque simplemente tenía frío debajo de las orejas.
El caso es que hoy nos hemos paseado por ahí con las melenas al viento y las patillas sueltas. Tanto si es algo pasajero como si no, a vosotros que os gusta la sangre, vale la pena compartir el book de invierno de Lorco Navarro… que tiemblen Clive Owen y Gerard Butler!!! El nuevo look duro acaba de llegar…
¿He conseguido que olvidarais por un momento al Patillas de Casa Artista? La triste realidad es que vamos a montar un cuadro flamenco con él y las patillas son obligatorias… Y sí Curro, tengo suerte de ser velludita, lo de las patillas va por los dos.
¡Que lo disfrutéis!
Andábamos deseando tener ese tipo de findes sin nada especial, para pasar el rato con gente que queríamos ver, como Shigeko. El viernes por lo tanto solo pasamos a cenar a casa de un chaval que no vive excesivamente lejos de Gyotoku, Dani. Descubrimos que no toda la comida tailandesa pica (solo el 75 por ciento de ella) y que echábamos de menos una noche de charla tranquila en otro lugar que no fuera un pub con las birras a 600 yenes. Rehicimos el mundo como unas 1001 veces y recordé los buenos tiempos en Burdeos, cuando nuestra vida social se producía básicamente en casas de amigos en lugar de bares.
Estábamos tan bien que no cogimos el ultimo tren y nos quedamos con la cama (nada de futon, chicos una cama!!!) de Dani, pero solo hasta las 9 y media, que teníamos una cita muy importante con Shigeko en el Museo de Fukagawa (parada mas próxima Kiyosumi-Shirakawa de la Oedo Line).
Al llegar nos sorprendió un barrio tranquilo, salpicado de pequeños templos, con un jardín precioso que prometía una segunda visita, un día con menos frío y mas ganas de hacer picnic. Es una zona llena de cosas que visitar. En el Fukagawa Museum se puede corretear por una réplica tamaño real de un barrio pesquero de la Era Edo (siglo 19, cuando la ciudad de Tokio se llamaba Edo, como el río que la atraviesa). Situada al este del río Sumida (ese que se puede recorrer en barco pasando por los puentes de Tokio), la réplica me recordó a esos Belenes de exposición que abarcan un día entero, con sus ruidos, sus cambios de luz… solo que a tamaño real y con nosotros dentro, en lugar de estatuas o actores.
Una pareja de trobadores se paseaban y daban un pequeño recital para los visitantes, pena no haber llevado la cámara pequeña, no tenemos vídeo. Una de las canciones se inspiraba en las que se pueden oír en el Kabuki, para los que quieran saber mas sobre esto, wikipedia y youtube están llenos de información, aunque lo mejor es venir y verlo chatos!
Shigeko se informo, y mientras esperábamos la llegada del guía que hablaba inglés ella nos iba explicando un poco como iba aquello. Un día haremos un articulo limitado a Shigeko, porque se lo merece, pero hoy hablaremos solo de la visita.
Como se ve en las fotos, todo era de madera, desde las tiendas de ramen, udon y soba portátiles (que llevaba un payo cargada sobre los hombros, con dos cohone y un palito) hasta el almacén del arroz.
Por lo cual la construcción mas importante del barrio era la torre de vigía, una cada 10 casas o barrios (eso no quedo claro pero no quisimos insistir mucho), desde donde se hace sonar la campana en caso de emergencia.
Pero lo mejor del museo es poder adentrarse uno mismo en las callejuelas, tocar los utensilios de cocina, moler el arroz, a los enanos les encanta. Y a los no tan enanos también, que anda que no había gente del inserso allí dentro!!!! tos sentaicos pa ver el recital de shamisen.
Estábamos bastante hechos polvo, y aunque nos supo mal, a eso de las 4 nos despedimos de Shigeko, le dimos mil veces las gracias y prometimos volver a Kiyosumi para ver el resto de cosas (cuando haga menos frío, decía Shigeko…hehehe)
Como siempre, para toda la serie de fotos os toca ir a los álbumes