enero 25th, 2012 lorco
Como las buenas historias que se cuentan en las frías noches sentados alrededor de una hoguera, esta empieza una fría noche de Enero. A unas horas en que la luz del sol hacia tiempo había desaparecido.
Andábamos Jamonera y yo de camino al onsen ese que te da jukatas y te cobras las cervezas cuando de repente dejo de «funcionar». Ese sentimiento de estar perdiendo potencia en la moto, tu le das al puño a tope y lo único que consigues es un brurum, brurum apagado, ni un pequeño acelerón…
La única opción, la de siempre, para un lado de la carretera, ponemos las luces de emergencia de Jamonera (totalmente manuales, vamos que era yo cambiando los intermitentes cada dos segundos) y optamos por la solución informática. Apagamos y volvemos a encender.
Algo no iba bien, Jamonera tenia problemas para encender. No terminaba de hacerlo y una vez conseguido se volvía a apagar en los semáforos si no estábamos dándole GAS a tope cual jincho/pelo-cenicero.
Como a voluntad no nos gana nadie Jamonera y mi persona conseguimos llegar al onsen y volver a casa sin mayor problema que un susto.
Nos dijimos que seria una burbuja de aire que había hecho un extraño y esperamos hasta el día siguiente.
Al día siguiente arrancamos sin problemas, Jamonera parecía estar repuesta. Empezamos el viaje al curro y…
Se para, Jamonera decide pararse en un semáforo y no quiere arrancar de nuevo. Nos vamos los dos para un lado de la carretera, subimos a la acera y nos toca andar juntitos intentando arrancar cada 100 metros. El primer kilómetro a pie que hacíamos juntos, no seria el ultimo…

En cuanto termino ese kilómetro, que afortunadamente era cuesta abajo, Jamonera arranca y nos vamos los dos contentísimos hacia el curro, sin olvidar dar GAS a fondo en cada semáforo. Preguntándonos ¿cual sería el problema? ¿la bujía? ¿el acelerador? ¿la burbuja? ¿el cigueñal?
Ocho horas de curro y una de comida después nos volvemos a encontrar. Jamonera no arranca, nada, que no hay manera, empezamos a andar juntos… a ver si llegamos a algún lado…

Afortunadamente encontramos un taller, a los dos minutos tenia el señor mecánico a Jamonera abierta y le probaba la BATERÍA. En dos segundos había descubierto la avería, me indicaba que eso de la batería me iba a salir por un pico y que podíamos cambiarla si yo quería, que el tenia allí.
El pico resultaron ser CIEN eurazos, pero ahora Jamonera tiene un nuevo corazoncito, arranca sin problemas, no tengo que dar GAS a fondo en los semáforos y estábamos preparados para lo que cayo esa noche…
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Ahorrando en pañuelos
Hace unos 730 días, relatábamos Kendo, progresando…
Hace unos 1095 días, relatábamos Exaltación de la amistad
Hace unos 1460 días, relatábamos Centros comerciales en Filipinas
Hace unos 1824 días, relatábamos Y nos cambian de oficina
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 12 comentarios »
enero 18th, 2012 lorco
Nadie habla de el, todo el mundo lo conoce, el noventa por cierto lo practica, y el cien por cien lo sufre.
Todo empieza el día que decides comprar tu primer paraguas en Tokio. Lo cuidas, lo escurres, y lo dejas al entrar en las tiendas en los paragüeros que hay dispuestos para ello.
Mala suerte, al salir tu paraguas a desaparecido. Tu primera reacción es acordarte de la madre, ella sin culpa alguna, de aquel/la que te hizo desaparecer ese paraguas que tu amabas. Ese paraguas que tu habías comprado pensando «es el mas barato, como mola»
Normalmente ese planteamiento hace que el paraguas de la gente se parezca misteriosamente al tuyo, que no es que te lo roben, es que creen que es el suyo y claro… Lo usan.
Lo bueno del asunto es que ahora mismo tu paraguas no esta, pero hay, al menos, un par de ellos que se parecen. Miras cuidadosamente hacia uno y otro lado, miras que el paraguas no tenga ninguna cosa rara que haga que sea fácil de reconocer y….
Listo, ya tienes paraguas nuevo.
Este proceso se repite infinitas veces, tantas que ya ni siquiera recoges el paraguas del paragüero los días que, al salir de la tienda, ya no llueve. Lo dejas allí, sabes que el solo se teletransportará a la puerta del próximo lugar donde empiece a llover. A veces hasta se nos ha teletransportado fuera de Tokio. Si es que estos Japoneses nos llevan años de ventaja.
Nadie sabe quien fue el primero, nadie sabe quien sera el ultimo, lo que todo el mundo sabe es que solo debes comprar un paraguas para participar (aunque hay gente que se empeña en seguir comprando paraguas) y que si no quieres participar, NUNCA, NUNCA, NUNCA dejes tu paraguas en un paragüero, nunca lo dejes fuera de tu alcance y sobre todo, sobre todo….
No participes en el contrato de TODO es de TODOS hasta que no pongas tu paraguas en juego!
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos ALBACETE-JAPÓN EXPRESS
Hace unos 730 días, relatábamos Animalitos y ruidos
Hace unos 1095 días, relatábamos Fiesta en casa
Hace unos 1460 días, relatábamos Hoy se cumple un año de la instalación de las estadísticas de google en el blog
Hace unos 1824 días, relatábamos Leyendas Urbanas Filipinas
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 20 comentarios »
octubre 13th, 2011 lorco
Que no haremos el fin de semana…

¿Desea saber más?
Lea el artículo de mañana 😉
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Sal en las puertas
Hace unos 730 días, relatábamos Gaijimaruja, el retonno
Hace unos 1095 días, relatábamos Día de la salud y el deporte (体育の日, Taiiku no hi)
Hace unos 1460 días, relatábamos Sikijor, the return. Episodio 0
Hace unos 1824 días, relatábamos Los pasteles blancos q se come Goku
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 4 comentarios »
octubre 12th, 2011 lorco
Mucho menos si tienes unos padres que se dedican a prestarte para experimentos en escuelas de peluquería, para muestra…


Aunque como bien decía Nerea anoche, «O este es el que parte el bacalao en la guarde o aquí en Japón la vida de los críos es mas fácil» Pocos niños sobrevivirían en una guardería de esas de barrio con ese pedazo de flequillo.
Lo que si esta claro es que el crio esta contentísimo con su hamburguesa, con su flequillo y con esa cara de bicho sabio que me hace pensar que si, él es el que corta el bacalao.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos De camino a Tokio
Hace unos 730 días, relatábamos En el ojo del tifón
Hace unos 1095 días, relatábamos Vídeo sirviendo Sake
Hace unos 1460 días, relatábamos Concierto del sábado y Pacman
Hace unos 1824 días, relatábamos Moises era un pardillo
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 9 comentarios »
octubre 7th, 2011 lorco
Ya habíamos terminado con Niijima, ¿os acordáis?
Eso pensábamos nosotros, todo el día haciendo el perro, que si playa, que si onsen, que si na de na. Cuando decidimos intentar dejar nuestros mochilones en el puerto. Así podríamos pedalear libres de carga y disfrutar sin destrozarnos las piernas.
Cuando Nerea, en un afán de esos de «Pos yo si pregunto«, se interesó por la salida de nuestro barco. El que nos llevaría de vuelta a casa.
-Perdone, el barco de las 14 no tiene problemas, ¿verdad?
-No, ninguno, sale desde Wakago debido a que el mar esta movido, pero eso es todo.
-¿Wakago?, ¿perdone?, ¿y cómo se puede llegar allí? (ya sabíamos que taxi era una posibilidad)
-Pues en taxi, claro.
Mientras tanto, en la otra ventanilla del puerto, Guillermo regateaba con la señorita de información para dejar dos bultos por el precio de uno. Cuando lo había conseguido y estaba a punto de finalizar la transacción, un grito desde el otro extremo del puerto :!!!!! Noooooooooooooo!!!!!
En ese momento sabíamos que el precio del taxi era de unos dos mil yenes, que teníamos unos tres mil en el bolsillo y que aun no habíamos comido. No nos salían las cuentas.
Así que decidimos que era el momento de preguntar por un cajero automático. Sin él tendríamos que desechar la opción de comer o buscar algo realmente muy barato.
Dos cajeros, tres calles y tres preguntas después teníamos dinero en nuestro bolsillo, suficiente para comer, pagar el taxi y poder volver a casa sin ese sufrimiento de tener que contar las monedas y regatear por un misero yen. No solo nos despedimos de Niijima con un ramen y un arroz frito, sino que nuestra amable mesera tuvo el detalle de llamarnos a un taxi de confianza… Lo que no sabíamos era que se trataba de una eminencia en túneles e historia reciente de Niijima.
Sabíamos que para ir hasta Wakago solo existía un túnel, uno por el cual no podíamos pasar en bici, lo que no sabíamos es que nuestro taxista (de la quinta de Matusalén) nos iba a contar la historia del túnel y el porqué la carretera antigua estaba ahora cerrada al trafico.
(pongan ustedes voz de taxista al leer esto, y esperemos que el señor taxista perdone nuestros errores en la transcripción)
El túnel fue construido después del terremoto (15 de Julio del 2000), ese terremoto hizo que cayeran muchas rocas y bloquearan la antigua carretera. Así que «No se quién» que era de esta isla vino como ingeniero y construyeron un túnel. Durante ese tiempo la parte norte y sur de la isla solo estuvieron conectadas por barco, había demasiadas rocas que caían en la carretera vieja. Dos años tardaron en construir el túnel, casi tres kilómetros.
La verdad es que el túnel era una pasada, el taxista nos contaba que antes se tardaba cerca de media hora por la carretera y que ahora en diez minutos podías estar ya en el otro lado.
Evidentemente no entendimos todo lo que nos contó, ya hubiéramos querido. Pero sí que entendimos esto. Y con eso y un par de risas nos despedimos de nuestro taxista que nos dejó en el muelle, al lado de donde tendríamos que embarcar para irnos a Tokio.
Todo el viaje nos lo pasamos pensando, ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos presentado en el otro puerto, a falta de media hora para la salida y sin dinero? ¿hubiéramos podido pillar el barco?
Y es que aunque Nerea olvidó la tienda de campaña nos salvó de tener que volver a nado a Tokio con eso de preguntar 😉
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Península de Izu (伊豆半島)
Hace unos 730 días, relatábamos Palillos portátiles
Hace unos 1095 días, relatábamos Fin de semana en Asakusa
Hace unos 1460 días, relatábamos Publicidad en las carreteras
Hace unos 1824 días, relatábamos Y ya van cuatro días sin luz
Categoria Cosas que no hacer en Japón, De paseo | 10 comentarios »
septiembre 22nd, 2011 lorco
¿A que todos sabéis lo que viene?
Poco que contar, después de los vientos y las lluvias horizontales de ayer lo único que quedaba para recordar el tifon Roke eran ramas por los suelos, paraguas rotos y un precioso cielo azul. A ver si tenemos suerte y sigue así todo el fin de semana, que por cierto, empieza HOY (Curro, te queremos)
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Rotenburo (露天風呂)
Hace unos 730 días, relatábamos De vuelta a Tokio
Hace unos 1095 días, relatábamos El hombre acusado de tirar una novia de silicona
Hace unos 1460 días, relatábamos Cometas contra los helicópteros y lluvias matinales
Hace unos 1824 días, relatábamos EL FUNCIONAMIENTO DE LA LAVADORA
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 10 comentarios »
septiembre 21st, 2011 lorco
De momento todo bien, sopla, llueve y vigilamos las plantas. Pero por si un caso en la empresa nos han aconsejado volver a casa no vaya a ser que nos quedemos sin tren.

Resultado, si dividimos el numero de charcos que he pisado por el numero de veces que le he dado la vuelta al paraguas debemos estar cerca de un valor de UNO y los dos numeros deben rondar las 7 cifras 🙂 (uno que fue cazador)
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Ella, la araña
Hace unos 730 días, relatábamos Vídeos, vídeos y más vídeos
Hace unos 1095 días, relatábamos Pringadillos al rescate
Hace unos 1460 días, relatábamos Lluvias torrenciales
Hace unos 1824 días, relatábamos LA FIESTA EN EL BARCO
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 23 comentarios »
septiembre 20th, 2011 lorco
Este año ya llevamos tantos que hasta parece que sea normal. Te despiertas un lunes y esta todo soleado, los termómetros a 30 grados y la gente corriendo por los parques (mayormente porque era fiesta). El martes te esperas encontrar mas de lo mismo y no, todo mojado, lluvia de esa que gusta llamarse chirimiri y diecinueve grados que te hacen pensar en chaqueta para la moto.
Dicen los que saben de esto que el tifón se espera mañana por Tokio, que nos tocaran vientos de unos cincuenta metros por segundo y que lo mismo mejor no venir en moto al curro.
Yo supongo que terminare haciendo lo de siempre, asomarme a la ventana y dependiendo de como sople.
Ya llevamos unos cuentos tifones entre Filipinas y Japón, la forma en la cual se viven es diferente, aquí nos enteramos por las noticias e internete, allí era nuestro vecino el que nos avisaba. En los dos sitios mirábamos la misma pagina, http://www.jma.go.jp/en/typh/, que aunque nos quejemos del hombre del tiempo no suele fallar.
En Manila nos quedábamos en casa y a esperar que escampe, aquí hacemos vida normal y como mucho volvemos antes a casa por si hay problemas en el metro.
Aquí no hemos tenido cortes de luz ni agua, en Manila cuatro días sin luz ni agua. Eso si, en Manila estaban todos los críos en la calle, chillando y jugando por los charcos y aquí de eso se ve poco. La gente en sus casas o en el trabajo.
Lo que si es igual es ese cielo blanco, esas nubes que lo cubren todo y no dejan ver si un trocito de azul. La lluvia que cae de lado y los paraguas inútiles en todo momento. Las calles con trombas de agua (aunque en Manila llegaba al modo piscina). En Manila la gente sonreía, aunque siempre sonríen los Filipinos, y aquí, en Tokio, como que menos 🙂
Así que señores y señoras si mañana ven pasar por sus ventanas una Jamonera con un Lorco encima, no se asusten, viene de Japón pero con una sonrisa Filipina.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Tenemos find largo
Hace unos 730 días, relatábamos Hace ya siete días
Hace unos 1095 días, relatábamos Sillas sin patas, Zaisu (座椅子)
Hace unos 1460 días, relatábamos Sábado pasado en el hospital
Hace unos 1824 días, relatábamos Tercer FINDE
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 20 comentarios »
septiembre 13th, 2011 lorco
Desde que hace un par de años pusimos la foto del cuenta kilómetros de Jamonera este no se mueve, decidió que ya había andado todo lo necesario y que a partir de ahora si quería saber los kilómetros tendría que calcularlos yo así a ojo.
No tengo ni idea de los que habrá hecho la pobre y aun menos de los que le quedan, pero si de algo estoy seguro es que sin ella mis días serian mas cortos. Tokio seria mucho mas grande y me dejaría mucho mas dinero en copas.

El transporte publico de esta ciudad es asombroso, puntual, eficaz, rápido, a reventar en horas puntas… (no todo podía ser perfecto) También se nota la fata de «músicos» en los vagones o dentro de las estaciones. Pueden ser molestos, pero a mi normalmente me alegraban el día.
En Jamonera el músico soy yo mismo, o cuando vamos los dos juntos Nerea (que bastante tengo yo con evitar que nos matemos) Porque aunque hemos visto muchísima gente con auriculares en la moto yo no me atrevo. Hay cosas que nos han metido tan, tan a sangre que no podemos hacer. Yo no puedo conducir con auriculares, ni una bici siquiera, no puedo dejar una puerta de un armario abierta y no puedo salir de una habitación sin apagar la luz.
Que me pierdo, que me pierdo, decía que…
Mierda, me he perdido, no se lo que decía, esperar, esperar, que releo. Ya, ya!!
Decía que Jamonera, que cuenta kilómetros, que transporte publico, que música. Lo único, en serio, lo único que si que no puedo hacer en Jamonera, ni he visto a nadie hacerlo, es leer. Eso del transporte publico si que te permite leer una horita o dos si tienes la mala suerte de vivir lejos, y es lo único que realmente me gusta del transporte publico. Eso si, luego me dejo una pasta en libros que no es normal 🙂
Y dándole, dándole vueltas me decía a mi, para cuando esas gafas que escribían en ellas, eso si que me dejaría leer en Jamonera, aunque solo fuera en los semáforos, la verdad es que estaría muy bien, ¿¿no??
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Un nuevo….
Hace unos 730 días, relatábamos 48 HOURS PARTY PEOPLE (Parte I)
Hace unos 1095 días, relatábamos Lavadora II
Hace unos 1460 días, relatábamos Gestión de prisiones
Hace unos 1824 días, relatábamos Noveno día
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 14 comentarios »
septiembre 12th, 2011 lorco
Hace unos días una amiga nos hablo de regalarnos su bici, encantados aceptamos, y se nos planteo un problema. Registrar la bici. Aquí todas las bicis tienen un número, una especie de matrícula, que te identifica como propietario de la misma.

No es que haya un robo extremo de bicis, pero así lo evitan. Dela gente que conozco a casi todos los han parado antes o después en la bici. Te piden tu nombre, comprueban que la bici esta a tu nombre y fuera, puede usted seguir.
Eso claro, crea una «cierta» sensación de seguridad que se ve en los candados de las bicis, mas que candados son pinzas. De una patada los abres TODOS.
El rollo es que ella tubo tuvo (malditos los que pusieron la B y la V al lado;)) que ir a «dar de baja» su bici al koban y a nosotros nos toco darla «de alta» en el nuestro. Una nueva experiencia para eso que llaman «la vida a las afueras de Bilbao»
Y todo fue mas o menos así….
(Sábado por la mañana, allá sobre las 10)
-Buenos días, venia a preguntar por el registro de las bicis
-Buenos días, pues le hace falta a usted el papel ese que me ensena (uno que sale de casa siempre preparado), la bici y un shoumeisho (証明書)
-Perdone, ¿un que?
-Shoumeisho (証明書)
Aquí mi cara de poker es triple, tiro de mano al bolsillo, de diccionario y resulta que es un certificado, mientras tanto uno de los policías se pira hacia dentro del koban y empieza a mirar libros.
A los dos o tres minutos sale con una carpeta abierta y me dice que el famoso shoumeisho no hace falta, tan solo la bici, el papel que tengo y una identificación a mi nombre. Prueba superada, ahora solo nos queda encontrar una tienda de bicis cerca de casa y solucionado, tendremos una bici a nuestro nombre.
En un remoto pasado
Hace unos 365 días, relatábamos Kakigōri (かき氷)
Hace unos 730 días, relatábamos Como diría Fidias Fogg, es una suerte viajar hacia el Oeste…
Hace unos 1095 días, relatábamos Primera salida en Tokio
Hace unos 1460 días, relatábamos 24 de 30 teléfonos devueltos (y me tuvo que tocar a mi)
Hace unos 1824 días, relatábamos Octavo día
Categoria Cosas que no hacer en Japón | 17 comentarios »